Están destinadas a enamorarse una de la otra, pero no a estar juntas
- <<Pidió
ayuda con todas sus fuerzas y un cazador llegó al lugar. Vio la
puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de
tan harto que estaba...>>
Daniel
se mantuvo serio. Su padre a su lado, sonriendo.
Ambos
escuchaban desde la puerta de la habitación como su madre leía un
cuento a Carolina, que se había despertado llorando tan fuerte que
los había obligado a levantarse.
- Tu madre lo hace bien.
- Todo el mundo sabe leer cuentos, papá.
- Me refiero a que es una buena madre.
Daniel
evitó decir algo que pudiese herirlo.
- <<Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber...>>
A
fin de cuentas, si él era educado, no era especialmente gracias a
sus padres. Lo había ido aprendiendo gracias a otros adultos y
fijándose en el comportamiento de sus amigos.
Miró
de nuevo a su hermana, tumbada en la cama y tapada hasta la barbilla
con el edredón. Una sonrisa pillina iluminaba su cara, tan feliz e
inconsciente de lo que ocurría a su alrededor.
Su
madre, imitaba las caras y las voces que debían de tener los
personajes cuando leía los diálogos.
Recordaba
las tardes que él había pasado así, con ella, igualmente riendo
como ahora lo hacía Carolina.
Martín
salió de su habitación frotándose los ojos.
- ¿Qué pasa? - dijo molesto.
- Nada, Martín, vuelve a la cama – dijo Daniel mientras lo hacía girar y lo empujaba suavemente hacia su cuarto.
El
niño escapó y corrió con su padre, agarrándose del pantalón.
- ¡No! ¡No quiero dormir!
- ¡Martín!
- ¡Daniel, no grites! - le gritó su madre saliendo de la habitación de Carolina y cerrando la puerta de esta - ¡Tu hermana duerme!
El
chico apretó los dientes.
- ¡No ha sido mi culpa!
- ¿Qué te he dicho? ¡No grites!
- ¡Tú también gritas!
- Daniel, haz el favor de volver a tu cuarto – dijo ella señalando su habitación, invitándole a desaparecer.
- ¡Solo estaba llevando a Martín a su cuarto y él se ha puesto a gritar y a correr!
- ¿Acaso eres tú su padre?
- Pues casi que lo parece, porque vosotros no hacéis nada que lo demuestre.
- ¡Daniel, como vuelvas a hablar en lo que queda de noche te vas a quedar sin móvil!
Pasó
la mirada de su madre a su padre, y finalmente a su hermano, al que
miró con rabia.
- Imbécil – murmuró al alejarse de ellos y encerrarse en su habitación.
- ¿No puedes venir? - dijo ella desanimada.
- Lo siento, Violeta. Es que no me viene nada bien ahora mismo, estoy muy ocupado con un cliente demasiado exigente y...
- Tranquilo, Rubén. No pasa nada.
- Gracias. No sabes cuánto valoro esto, Violeta.
Ella
soltó una risa triste.
- Iré a verte pasado mañana, te lo prometo.
- Está bien...
- Te quiero, Violeta.
- Te quiero, Rubén.
- Buenas noches, cielo.
- Igualmente, cariño.
Ambos
colgaron al mismo tiempo.
Violeta
se encogió en la cama, bajo las sábanas. Lo echaba de menos, y más
ahora incluso que sabía que no lo vería.
Lo
único que quería es poder terminar ya de estudiar para no tener que
volver a estar separada de él.
Cerró
los ojos y suspiró.
De
nuevo, fue a recoger a su primo a su instituto. Pero esta vez iba con
Eliot.
- ¿Y qué pasó después? - le preguntó sonriendo a su amigo.
- Me pegó una bofetada.
- ¿Y el ojo morado?
- Su novio...
- Vaya. Eso te pasa por no prestar atención.
- Yo pensaba que era una … - se calló al ver al primo de Daniel aparecer y acercarse a ellos – una chica muy promiscua.
- ¡¿No se lo dirías?!
- Bueno...
- Eres retrasado, Eliot – dijo medio serio medio divertido el chico mientras cogía la mochila de su primo.
- Intenté explicarme y eso solo provocó que me pegasen otro golpe.
- De ahí el moratón en el brazo.
- Sí.
- ¡Ay, Eliot, que pena me das! - se burló de él.
El
chico sonrió de medio lado y le revolvió el pelo al niño.
- ¿Has conocido ya a alguna chica, Borja?
- No...
- Pues no lo hagas.
Daniel
río, pero se tornó serio de golpe.
Eliot
siguió su mirada y abrió mucho la boca.
- Wow, está muy buena.
Borja
los miró incrédulo a ambos.
- ¿Te gusta? - le preguntó Eliot dándole un codazo a su amigo.
- N-no.
- Sí, se ve claramente.
- ¡No me gusta!
Habló
demasiado fuerte y la chica se giró. Los vio, mirándola.
No
pudo evitar sentirse avergonzada, sobretodo por lo pasado con su
padre el día anterior, pero más aún ahora que aquellos dos chicos
tan... tan... ¿guapos? Sí, eran guapos. Sobre todo el que llevaba
la gorra verde de DC. Pero le
veía algo raro... tenía un ojo morado. Miró a Daniel, ya lo
conocía, también era muy guapo. Llevaba una camiseta de tirantes de
los Lakers que le
sentaba realmente bien. Podía ver sus musculosos brazos.
Sintió
cómo la sangre le subía a las mejillas, se levantó del banco en el
que estaba sentada y siguió andando.
¿Por
qué tenía que llevar aquel chico una camiseta que dejase ver sus
músculos? Ya no podía quitarse la imagen de la cabeza... ¿Y su
mirada perdida? Tenía unos ojos muy bonitos, muy corrientes pero
bonitos...
Sacudió
suavemente la cabeza como si así pudiese olvidarse de él.
Rubén,
Rubén, Rubén.
Se
echó el pelo hacia atrás.
¿Cuánto
más pensaba fingir? Lo echaba terriblemente de menos.
Había
llorado, se había deprimido, se había vuelto casi loco al
recordarlo, y ahora que lo tenía delante apenas podía mirarlo a los
ojos. Aquellos ojos...
- ¿Qué has hecho últimamente?
- Nada en especial – dijo él sonriendo, una sonrisa falsa.
- Vamos... dime la verdad... eres un adolescente. Llevarás una vida alocada y vivirás como un señor.
- No especialmente.
- Bueno, ¿y qué puedes contarme para que no malgastemos la hora que me queda aquí contigo?
- ¡No sé, Guille! Es que no te entiendo.
En
ese momento, el joven miró a Justin seriamente.
- ¿El qué no entiendes?
- Dices que estás mal, que quieres verme, hablar... y luego no me cuentas nada sobre ti...
- ¡¿Qué pretendes que te cuente?! ¿¡Que te echo de menos cada segundo que pasa, que solo quiero estar contigo, verte y hablar!? ¿¡Que me deprimo cada vez que veo una foto tuya porque cada milímetro de mi cuerpo te quiere!?
- Guille...
- Justin, no he venido desde mi ciudad para pelearme contigo, ¿entiendes? - dijo ya más calmado – he venido para que sepas que pienso en ti muy en serio, sobre tu petición...
- ¿Estás de acuerdo?
- Jus...
El
chico se tornó realmente serio.
- ¿Por qué no te gusto? ¿Qué no te gusta de mí?
- Me gustas, Justin, te quiero, ¿no lo entiendes? Pero es que vivimos en sitios totalmente alejados el uno del otro... no nos vemos apenas una vez al mes, ¿eso es una relación? Yo necesito cariño constante... y tú tienes que estudiar, además... si pudieras venir a vivir conmigo, no habriá ningún problema.
- Mis padres son un terrible problema.
- Tus padres entenderán tu decisión si es lo que quieres.
- No, no lo harán.
- ¿Por qué?
- Empezando porque no soy mayor de edad aún, y terminando porque eres un hombre de veinte años, bisexual, que vive en otra ciudad – dijo con un tono sarcástico.
- ¿Soportas que te traten así por tus preferencias?
- No lo hago, pero me callo.
- <<Callar es de sabios...>>
- Sí.
Ambos
se mantuvieron en silencio unos segundos.
- ¿Guille?
- ¿Sí?
- Te quiero.
Una aclaración para quien le pase como a mí y no entienda la frase del principio:
ResponderEliminarAl hablar en femenino, se refiere a personas en general.
asdfghjkl *cuchillo* *bomba* Elena te voy a mataaaaaaaaaaaaaaaaaaar, entre terribles sufrimientos. Que has puesto ha Justin de gayyyy!! Eztoy conzternada (Esta frase Maria del Mar la entenderá jajaja), pero bueno es tu historia y lo entiendo pero me he quedado pillada jaja.
ResponderEliminarY del capítulo de M del Mar, la comida precocinada está bien (a mi es la que mejor me sale, porque será...). Y bueno del resto de los capítulos que me han gustado mucho, seguidlo pronto que podré comentar pronto porque...el viernes terminamos!!!!!!!! Weeeeeeeeee!!!!!!!!
P.D: M del Mar, después de lo que me has dicho, miedo me da como será el siguiente capítulo...jajaja.
Muchísimas gracias! Siento haberte enfadado :P en realidad es culpa de Maria del Mar... jajaja
ResponderEliminar¡¡OYEEE!! Pero no me eches a mí el bulto... Que lo has escrito tú... =(
Eliminar"Por muy lejos que estemos, nuestras vidas siempre estarán unidas. No dejemos que nuestros corazones se separen."
ResponderEliminarCon estas palabras me haces revivir la lectura, me encanto tu blog :)
¡Muchas gracias, +Lizz Guzmán! Nos alegra mucho que te guste =)
Eliminar¿Por qué no das un votito al personaje que más te guste? Que no los vota nadie... =( jeje
Esperemos que te sigan gustando tanto los capítulos siguientes y sus nuevas frases.
Yo ya sabía desde el principio que Justin tenía que ser gay, ¡se nota! Será que he leído demasiados libros... Blue Jeans hace majas... jajajajaaj
ResponderEliminarChicas, seguid así, de verdad ^^
Aiara :)
Jajaja ¿tanto se le nota? ;P
Eliminar¡Muchísimas gracias por los ánimos! =')