jueves, 25 de julio de 2013

Justin Bieber, Peter Pan y ...

 

 

Detrás de un escudo de roca, puede haber una persona formidable.

 


-Pedro González. -pasaba lista el profesor.

-Aquí. -contestó Peter.

Normalmente siempre les corregía y les pedía que lo llamaran Peter; pero aquél era un profesor de guardia y no haría falta, pensó, porque no creía que fuera a volver a verle.

Al acabar la hora, un chico intentó incondiarle.

-¡Ey, Pedro! -le dijo- Que nombre más bonito tienes, ¿eh?

Él fue a replicarle con enfado que le llamara Peter; pero Justin, que estaba también allí, se le adelantó.

-Oye, pues a mí Pedro me parece un nombre muy... -iba a decir “bonito” cuando se dio cuenta de que quedaría mal- guay, ¿eh?

Peter sonrió.

-Gracias, Justin.

-Es la verdad.

Dejaron de lado al muchacho dirigiéndose a la puerta para irse al patio. Peter iba con él.

-La verdad es que tú tienes peor suerte. Justin... como el chulillo ese de la tele.

Jus sonrió.

-Ya. ¿Sabes que me han llegado a preguntar que si a mis padres les gusta Justin Bieber?

-¿Ah, sí?

-Sí. Y yo como noooooo. Además, para cuando yo nací Bieber todavía no era conocido.

-Qué loca está la gente.

-Pues sí. Aunque a mí mi nombre me gusta.

Él sonrió.

-Justin ¿qué, era?

-¿Llevas cuatro años conmigo en clase y todavía no te lo sabes? -él se encogió de hombros y Justin sonrió- Justin Hurtado Campos.

-Qué raro me pareció el primer día escuchar ese nombre.

-Ya, es lo que tiene tener nombre inglés y padres españoles. Pero a ellos les gustó.

-Um. Justin Bieber.

-Oye, ¿y tú qué? ¿Como Peter Pan?

Él sonrió.

-¿Te gusta Justin Bieber?

-Ni me gusta ni me disgusta. Paso. ¿Y a ti Peter Pan?

Él se rió.

Estaban parados en la puerta de la clase, por fuera.

-Oye, ¿cómo es que te has quedado hablando conmigo en vez de irte con tus amigos?

Él se encogió de hombros.

-Mis amigos... Están en una excursión. Aunque en realidad puedo irme con el que quiera, claro. Conozco a casi todo el mundo en este instituto. Me acerco a cualquier grupo y ya está. Ya sabes, soy Peter.

-Um... No sabía que Peter Pan fuera tan famoso. -le bajó los humos. Peter sonrió.

-Oye, ¿alguna vez has tenido novia? -le preguntó Peter.

Él prefirió no mentirle: no, nunca había tenido una “novia”.

-¿Nunca? -se extrañó Peter.

-Bueno... Vale, sí. He tenido una pareja. De hecho, ahora mismo estoy saliendo con alguien.

-¿Ah, sí? ¿Y cómo se llama?

Cotilla... Pensó Justin. Aunque no podía quejarse, él también había intentado cotillear antes la vida de él.

-Yo le llamo “A” cuando estamos en público. -dijo “le” por no tener que hacer ninguna diferencia de género. Peter frunció el ceño.

-Dicen que no es bueno avergonzarse de tu pareja como para no querer decir quién es.

-Yo no me avergüenzo; simplemente, no queremos que nos molesten.

-Um.

-¿Y tú? ¿Has tenido novia? -le preguntó para poder cambiar el centro de atención.

-Bueno, ya sabes, ligoteos de una noche. Sales con alguien, te lías con ella en la disco, te lías en los pasillos del instituto, lo dejas y vuelta a empezar.

Justin ya sabía que hicieran eso; pero le horrorizaba escucharlo así.

-Um... ¿Y cuántas has tenido?

-Dos o tres.

Justin vio que sus amigos lo miraban con mala cara unos metros más allá. No se habían acercado porque veían que el chico sonreía- Bueno, yo en cambio tengo que irme. Mis amigos ya me estarán esperando.

-Ya. -Peter los miró por el rabillo del ojo- Son un poco sobreprotectores, ¿no?

-Bueno... Saben que me cuesta muy poco meterme en problemas y que yo solo no se salir de ellos. Así que me protegen, sí.

-Um... Son tu papi y tu mami. -contestó él en tono burlón. Justin sonrió.

-Podría decirte. Sólo que ellos han elegido tener que aguantarme, no como mis padres. -bromeó.

Peter sonrió y le dio una palmadita en el hombro.

-Anda, vete. Que tus niñeras te están esperando.

Justin sonrió y Peter se fue en sentido contrario.

-Hasta luego, Peter.

-Pedro, llámame Pedro.

Justin frunció el ceño sin saber qué habría querido decir con eso. Se dio la vuelta para preguntárselo; pero Peter ya se había alejado demasiado. Justin se acercó a su grupo.

-Ey, ¿que tal?

-¿De qué hablabas con Peter? -le preguntó Dani curioso.

-Na', de clases de mates, motes de los profesores y frases absurdas de los compañeros. Lo normal.

-Um.

-Oye, -le preguntó Eliot- ¿no te gustará Peter, verdad?

Justin lo miró como si lo que acabara de decirle dañara su persona.

-¡No, por Dios! Sabes que estoy muy enamorado de mi “A”.

-Bueno, ya... Pero eso no evita que otra persona te gusta.

-Y dale, que no.

-Bueno... ¿pero te parece guapo?

-Blaaaaaaaagh. -respondió él. Entendía que le preocupara que pudiera llegar a gustarle alguien como él; pero no le gustaba que insinuaran que le gustaba un chico por hablar con él. A ellos tampoco les gustaban todas las chicas con las que hablaban.

-Bueno, vale.

-Pero sabes que no lo decías por el físico en principio.

-Bueno... No.

-Y Peter es hetero, no podría salir con él aunque quisiera. Aunque bueno... sí hacerme daño.

-Pues eso.

Todos lo miraban como queriendo meterse en su mente para saber si decía la verdad. Y si lo hicieran, sólo encontrarían imágenes de Agus, que ocupaban el 99,9% de sus pensamientos.

-Y parad ya de suponer quién me gusta; porque yo os podría decir de quién estáis enamorados todos vosotros ¿eh? Así que dejadme tranquilo con mi Agus.

-¿Ah, sí? Pues venga, dime quién me gusta a mí, que yo todavía no lo sé y así lo descubro. -le respondió Eliot.

Las chicas y Dani preferían mirar a otro lado y rezar porque Jus no soltara la lengua. No pensaban que lo hiciera: llevaba guardándole secretos desde que tenían que trepar para sentarse en las sillas y nunca había contado nada a nadie.

-Pues ahora te jodes y no te lo digo. -le respondió él.

Y era verdad. Justin sabía por quién estaban colados cada uno de sus amigos excepto Eliot. Entre su intuición y lo observador y callado que era, esas cosas no solían escapársele. Eliot, por toda respuesta e intentando meterse con él para picarle, se apoyó en la pared como Agus solía hacerlo. Una pierna doblada y puesta baja en la pared, los codos doblados apoyados en ella y pasándose la mano de vez en cuando por el pelo de alante a atrás.

-Hola, soy Agustín y soy más guay que nadie ¿sabes? -intentó imitar su voz, aunque no se pareciera demasiado. Las chicas intentaban aguantárse la risa mientras Dani sonreía y Jus ponía mala cara- Y es que yo desde peque era el más chuli del barrio. Pero ahora me he mudado a otra ciudad y no me conoce casi nadie, claro, -se pasó la mano por el pelo al estilo Agus- pero claro que cada vez que paso por aquí voy saludando por todos lados.

-¡No te metas con mi Agus! -le dijo él empujándole.

Eliot sonrió.

Margarita, que pasaba por allí y los había visto, sonrió.

-¿Aún sigues con Agus? -le preguntó. Él asintió- Eres el novio que más tiempo ha tenido.

-Ya, y espero que siga siendo así. De hecho, espero no sonar egoista; pero prefiero que sea el último que tenga.

-¿Es tu primer novio, verdad?

-Sí, pero me da igual que sea el único que tenga en toda la vida. Sueño son ello.

Marga sonrió. Los del grupo fruncieron el ceño. Justin hizo un movimiento de cabeza para decirles que salieran ya al patio; ya que un profesor se acercaba dispuesto a echarles. Él y Estrella se adelantaron, andando con los otros por detrás mientras charlaban.

-¿Ya sabías que es gay? -le preguntó Eliot a Margarita.

-Sí, me lo dijo él mismo cuando Agus salía con Marcos. Pero la verdad es que yo ya se lo notaba.

-Um.



Ese día no hubo noticias buenas por los mundos de Violeta. Todo por unas cuantas llamadas que le dieron ganas de tirar su móvil por la ventana. La primera, fue de Rubén.

Violeta respondió al teléfono después de comer. No había podido cogerlo antes porque sus padres no le habían dejado levantarse de la mesa; sobretodo después de que uno de ellos viera que la llamada entrante era de Rubén.

-Hola, Violeta, cariño.

-Oh, oh... No me gusta ese tono. ¿Qué te pasa, Rubén?

-No es nada, es sólo que...

-¿Qué te pasa, Rubén? Tienes que decírmelo.

-Prométeme que no te enfadarás.

-Me estás asustando...

-No es nada, sólo que... no podré ir a verte en una semana. O... quince días.

-¿¿¿Sólo???

-Ya lo sé, cariño, ya lo sé... Pero no te preocupes, se pasará en nada, de verdad. Es por viajes de trabajo.

-Es que ya no es sólo que te vaya a echar de menos, Rub. Es que eres la única persona que conozco de aquí a cinco kilómetros a la redonda y no voy a poder evitar querer verte.

-Pues ya va siendo hora de que te vayas haciendo amigos. Hablaremos por la noche tooodos los días ¿vale? Te lo prometo.

-Puf...

-Ahora tengo que dejarte, cariño. Tengo una reunión. Adiós. Te quiero.

-Pufff...

-Adiós, prin... -Violeta le cortó la llamada.

Tendría que haberle prometido que no se enfadaría antes de contárselo... En fin... Pensó él. Mientras, Violeta pensaba que no sabía cómo iba a poder soportar quince días sin él. Y quince días, siendo viajes de trabajo de Rubén, bien se podrían alargar en veinte. Le llegó un Whatsapp de una amiga de su antiguo instituto y recordó que debía de llamar a Jorge. No tenía gana alguna de hacerlo; pero por el mensaje de él, parecía ser importante.

-Perdona, ahora mismo no puedo hablar contigo -le dijo a su amiga- Te escribo luego ¿vale?

Llamó a Jorge y esperó a que se lo cogiera.

-Hola, Jorge. ¿Que tal? -intentó que no se le notara que estaba ella también mal.

-Hola, Violeta... Mal... -Violeta suspiró para sí. Tendría que olvidar lo suyo con Rubén.

-¿Qué te ha pasado?

-¿Conoces a algún gay u homosexual mayor que pueda ayudarme? -obvió él su pregunta.

-Pues por desgracia no, -le contestó ella, que no sabía esa faceta de Justin- ¿por qué? ¿Qué te ha pasado?

Él resopló.

-Pues verás... En mi instituto han entrado este año unos homófobos de mierda.

-No me digas eso.

-Sí. Pues mira, descubrieron lo mío con Javi. Porque claro, como yo me había dado cuenta de eso antes habíamos intentado ocultarlo para que no nos molestaran. Y empezaron a meterse muy mucho con nosotros. Dicen que tenemos una enfermedad mental o algo. -Violeta se mordió el labio inferior- Nos ponen carteles ofensivos en las taquillas e, incluso, en Educación Física le dicen al profesor ¡Noooooo! ¡Que ese es gay! ¡No me lo pongas en mi equipo!

-Joder.

-De verdad, tía. Es que esto ya es bulling obsesivo macho.

-De verdad. ¿Y no se lo habéis dicho a la tutora o algo?

-¿Y de qué serviría? Les darían una regañina y luego se enfadarían más con nosotros y sería peor todavía.

-Bueno... Pero anda, hadme caso y díselo a la tutora, al orientador o a tus padres. Seguro que ellos saben cómo hacer algo.

-Vale...

-¿Y con Javi? ¿Qué me decías que pasaba?

-Ah, eso... Pues que últimamente está muy raro, Violeta. -ella adivinó que al chico se le saltaban las lágrimas.

-¿Por qué dices eso? ¿Qué hace para que digas que está tan raro?

-Pues no lo sé... Se lo noto, lo intuyo. Está extraño, no es el de antes. Necesito que vuelvas Violeta... Te necesito...

-Ya, ya lo sé. A mí también me gustaría estar allí para poder ayudarte, Jorge. Lo siento.

-En fin, no es culpa tuya... Te echo de menos.

-Y yo a ti, peque. ¿Y por qué decías que si conocía a algún Homosexual mayor?

-Pues porque a lo mejor él (o ella) había aprendido ya a pasar de los insultos de los otros, a superarlo y todo eso. Pensé que podría enseñarme...

-Entiendo. Siento no poder ayudarte.

-Bueno... Tengo que dejarte, Violeta. Clase de inglés.

-Adiós.

-Ciao.

Puff... Vaya mierda... Y encima no tengo aquí a Rubén para preguntarle como poder ayudarlo... Y, para colmo, tengo que empezar a hacer amigos ya por mandato de él y de mi padre. Tiene tela... Pobre Jorge... AYYY ¡MIERDA DE DÍA!

Sólo había una cosa para mejorar la situación: al día siguiente, exámenes de mates y sociales.

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