miércoles, 4 de septiembre de 2013

Un pequeño héroe.

Ayudar a resolver los problemas de otros aunque vaya en tu contra y darlo todo por su bienestar te asemeja a un héroe sin capa ni máscara.

 

 

Cuando Violeta se despertó había empezado a comprender ciertas cosas. El extraño... "secuestro" de Rubén, por ejemplo. Él la había recogido en la calle y estaba tan pedo que empezaba a imaginarse cosas. Además... había tenido un pequeño sueño sobre lo que había pasado antes de emborracharse; pero no estaba segura de ello. Lo único que sabía era que no quería ir a clase. Se encontraba todavía muy mal, sobretodo por el remordimiento, y no quería que en su clase la vieran así. Su madre entró en la habitación para despertarla.
-Venga, Violeta... Vamos.
-Mamá...
-¿Sí?
-No me encuentro bien... Y si los profesores me ven así les voy a dar muy mala impresión... Por favor, déjame quedarme. Sólo un día más y mañana te prometo que voy.
Su madre se lo pensó, si estaba así era culpa suya y tendría que asumir sus consecuencias; pero sí que era verdad que no convendría que sus profesores la vieran así.
-Bueno... está bien; pero mañana estés como estés vas ¿eh? -la chica asintió agradecida- Y, como esto vuelva a pasar otra vez, vas hasta el primer día.
-Tranquila, mamá, que no volverá a pasar. No quiero ni volver a ver una gota de alcohol.
-Venga... descansa, cariño.

***

Justin estaba colocando las cosas en su pupitre. Tenían examen de Matemáticas a primera hora, buena forma de empezar el día. Peter pasó por detrás de él para llegar a su sitio. Llevaba la mochila abierta y, mientras bordeaba los pupitres, se cayó de ella un folio. Justin la cogió y fue a la mesa del muchacho.
-Toma, se te ha caído. -se la tendió.
Él le sonrió.
-Gracias.
-No hay de qué. Mucha mierda con el examen. -le deseó con una sonrisa. Peter le devolvió e gesto.
-Muchas gracias, suerte también a ti; aunque no creo que la necesites.
-No te creas. -replicó él.

***

Dani estaba en la puerta del instituto, conversando con Eliot mientras esperaban a que saliera el resto del grupo. Borja llegó corriendo, buscaba a su primo.
-¡Ey, Borja! -lo saludó él- ¿Qué haces tú aquí? Pensaba que iba a recogerte tu madre.
-Sí, y viene ella.
-Entonces deberías volver a tu insti antes de que se de cuenta de que no estás y se preocupe.
-Ya, ya, ahora voy. He venido a decirte algo.
Dani notó entonces la expresión de preocupación en la cara de su primo y se inquietó.
-Venga, cuenta.
El chico miró con el ella frente arrugada a Eliot y devolvió la mirada a su primo.
-Vale, pero prometedme que no se lo contaréis a nadie. O al menos que no contaréis que os lo he dicho yo ¿vale? Podría meterme en líos.
-De acuerdo. Pero di rápido, que si no la tita va a matarme por distraerte.
-Vale. ¿Te acuerdas de la chica a la que te quedaste mirando cuando viniste a recogerme?
-Sí, Violeta. ¿Qué pasa con ella?
-He oído ciertos rumores sobre ella.
Dani se quedó parado y tragó saliva.
-¿Cuáles?
-Fue hace dos días. Dicen que... la emborracharon. Por reírse de ella ¿sabes? La engañaron y la dejaron súper pedo tirada en mitad de la calle. Por lo que cuentan ella es una santurrona; así que nunca habría bebido una sola gota si no es porque la obligan. Hoy no ha venido a clase, yo mismo he ido a buscarla.

***

Después de que Borja se fuera, Daniel se había quedado pensando en lo que debería hacer. Uno de los de su grupo también había terminado pedo una vez, y al día siguiente no recordaba nada. Seguramente Violeta no sabría cómo había llegado a estar así.

Ahora, se dirigían a casa de Rubén. Tenía la corazonada de que él los escucharía más que el estricto padre de Violeta. Además, le causaba más confianza. Habían mandado un mensaje a su grupo y todo el grupo le acompañaba, a pesar de haberle pedido que lo dejara para más tarde, le mandara un mensaje a Violeta y ya. Pero Dani era cabezota, y no querían dejarle solo porque sabían que acabaría metiéndose en problemas.

Llamaron a la puerta. Rubén abrió y los miró. Parecía cansado. Un día duro en el trabajo, pensaron.
-Hola, chicos. ¿Qué queréis?
-¿Te has enterado de lo de Violeta? -le preguntó Dani yendo al grano.
-Sí. Y por eso mismo sus padres no me dejan volver a verla; así que supongo que será mejor que vayáis a su casa. Si queréis os dejo la dirección.
Eliot le contestó que ya sabía donde vivía. Daniel pensó que si Rubén no podía volver a verla eso significaba que Violeta ya no tenía novio, lo que le dejaba vía libre. Se culpó a sí mismo. No podía aprovecharse de aquello por mucho que le gustara la chica. Mientras él pensaba, Rubén se había despedido y cerraba la puerta.
-¡No, espera! -pidió mientras sujetaba la puerta. Rubén lo miró- Sabemos lo que le ha pasado en realidad a Violeta.
El hombre abrió la puerta de par en par.
-Habla.
Le contaron todo lo que le había dicho Borja. Dani dijo que se lo había contado un amigo, para no revelar la identidad de su primo, como él había querido. Cuando terminó de hablar, Rubén le preguntó quién había sido. Daniel le mandó un mensaje a su primo. Le respondió en seguida y él retransmitió la información a Rubén.
-Si lo único que sabemos son los rumores que ha escuchado tu primo no nos servirá de nada, necesitamos oírlo de alguien que estuviera allí.
-¿Cómo sabes que es mi primo?
Él le señaló su móvil.
-Porque en tu móvil pone “el primo Borja”.
-Ups. Espera, que le pregunto dónde viven.
Le envío un mensaje a Borja preguntándole si sabía dónde podían encontrarlos.
-No sé dónde viven. -le respondió él- Pero sobre estas horas suelen estar en el parque, lo sé porque yo los he visto varias veces. Los reconocerás porque van un gran grupo de chicos y chicas de tercero. Uno de ellos es el primo de Peter, Jake, seguro que lo reconoces porque se parece mucho a su primo. Es rubio.
-Vale, gracias.
-Nada. Ahora tengo que dejarte. ¡Adiós, Dani!
El parque estaba a unas manzanas de allí. Cuando llegaron apenas había alguna gente paseando. Esperaron un rato y no vieron a nadie que pudiera ser de los que Borja les hablaba.
-No van a venir, Dani. -replico Ainoa- Si no han venido ya no vendrán. Entiendo que quieras ayudar ¿vale? Pero a lo mejor es mejor esperarlos mañana en la puerta de su instituto.
-Venga, Daniel. Que tengo hambre, vámonos. -se quejó Estrella.
-Esperémonos un poco más ¿vale? A lo mejor hoy vienen más tarde, se habrán retrasado o algo ¡yo que sé! Puede que Borja no mirara muy bien la hora... Sólo un rato más ¿vale?
Eliot no decía nada, sabía que Violeta le molaba mucho, y Dani era muy tozudo cuando algo le importaba de verdad. Justin y Rubén sólo observaban. Se sentaron en un banco.
Bastante rato después, vieron un grupo que parecía el que había descrito Borja.
-Jus. -llamó Daniel al chico. Él lo miró para que hablara. Dani señaló a un muchacho rubio del grupo- ¿Crees que ése será Jake?
Él lo observó.
-Um... puede ser. Tiene el estilo de Peter, y es rubio ¿no? Aunque la verdad, no me parece que en la cara se parezca mucho... A lo mejor tu primo se refería sólo a su estilo.
-Um... Puede ser. -se levantó y se giró hacia Rubén- Me vendría bien saber el apellido de Violeta ¿cuál es?
-Gómez. Violeta Gómez.
-Vale... Creo que será mejor que tú no te acerques, Rubén. Primero porque será más difícil que se suelten de la lengua si te ven a ti, y segundo porque si saben que vas con nosotros y se ponen las cosas feas tu podrías salir peor parado. Pero nos sirves como testigo adulto.
Él asintió.
-Está bien.
Rubén se alejó de ellos caminando con paso tranquilo mientras fingía mandar mensajes con el móvil. Se quedó apoyado en un árbol cercano a donde estaba el otro grupo, que llevaban ya algunas botellas en las manos. Fingió estar leyendo mensajes; pero en realidad había abierto la cámara y los grababa. Tenía la impresión de que, si los chicos actuaban bien, se soltarían de la lengua.

Ellos se acercaron a los que parecían ser más los cabecillas. Eran una chica y un chico. Todos estaban hablando entre risas.
-Oye, perdona, ¿conocéis a Violeta Gómez? -preguntó Dani.
-¿A Violeta Gómez? -repitió el muchacho, pensando- Sí, ¡y menudo pedo que se trincó el otro día! Panzá de reír que nos metimos.
-¿Un pedo? ¿Violeta? -fingió él extrañarse.
-Sí, bueno, ella es una santurrona ¿no? Pero ya sabes, todo el mundo cae alguna vez bajo las garras del alcohol.
-ALCOHOL, ALCOHOL, ALCOHOL, HEMOS VENIDO A EMBORRACHARNOS, EL RESULTADO NOS DA IGUAL. -canturrearon los del grupo.
Dani no pudo aguantar con su rabia.
-Vosotros la emborrachasteis. -lo acusó.
-¿Y tú que sabes?
-Nos lo han contado.
-Pues dime quién es porque le voy a dar un buen par de ostias.
-O sea que es verdad.
Él se encogió de hombros.
-Puede. ¿Y a ti qué te importa?
-Pídele perdón.
-¿Por qué, porque tú lo digas?
Daniel se abalanzó sobre él; pero Eliot lo sujetó antes y le pidió que se tranquilizara.
-¿Pensáis que nos vais a dar miedo vosotros tres y las dos nenazas o qué? -les triplicaban en número.

En ese momento, otro grupo estaba pasando por allí. Los más populares de la ciudad entre los de Bachiller, cuarto y tercero de ESO. El grupo de Peter. Se quedaron hablando, no muy lejos de ellos. Peter los vio y se acercó con otros dos más, que le seguían. Saludó al grupo con el que se estaba enfrentando Dani. Ellos también eran algo populares y bebían, se conocerían. Peter se dio cuenta de que allí pasaba algo por la expresión de Daniel y el chico con el que discutía. Preguntó qué pasaba.
-Nada. -respondió el muchacho, al que Peter había preguntado principalmente- ¿Sabes, “tron”? El otro día engañamos a una y le metimos un pedo que no veas, a la muy inocente. Panzá de reír cogimos.
Peter sonrió.
-Buena movida, tíos. -contestó.
-¿Ves? ¡Sí que la engañasteis? -se enfadó Daniel.
-¿La conocéis? -preguntó Peter. Ellos asintieron y Peter pasó la mirada por el grupo. Notó que Justin lo miraba y le devolvió la mirada unos momentos. Se volvió al otro muchacho.
-Pídele perdón, macho. -volvió a exigir Dani.
-No me da la gana.
-Tíos, que no recuerda nada y sus padres creen que fue ella.
-A mí también me lo hicieron una vez y no sabéis lo mal que se siente. -replicó Ainoa- Sus padres creen que fue culpa de su novio y le han prohibido volver a verle. Tenéis que decírles algo. No podéis ser tan malos, tíos.
-¿Qué esa pringá tiene novio? -se sorprendió él- Bueno, pues que se busque otro.
Peter, que había estado observando, se giró a los dos cabecillas. La chica era la que había pasado la nota a Violeta, y el muchacho era el ligue de ésta.
-Vais a pedirle perdón. -afirmó Peter, para sorpresa de todos. El muchacho lo miró con los ojos muy abiertos.
-¡¿Pero qué dices, men?! ¡¿Tú estás mal o qué?!
-No. Debo un favor a estos pives, y vosotros vais a explicadles lo que pasó a sus padres ¿os queda claro? -se volvió a Jake, que lo estaba mirando y se había quedado pillado al escucharle- Y tú, Jake, si no quieres que le cuente a tu madre lo que haces más te vale asegurarte de que cuenten la verdad ¿eh? Que no creo que a la tita le guste.
-¡Qué dices! ¡Eres un aguafiestas, premoh!
-¿Te ha quedado claro? Y ya sabes que no me importa ir a decírselo.
-Puf... ¡Venga ya! Y qué favor les debes ¿eh? ¿Te rebajaron el precio de la maría o qué? Seguro que eso tampoco le gusta oírlo a tu madre cuando se lo cuente.
Él se encogió de hombros.
-Pues díselo si quieres. Pero no, no es eso, y no te importa. -se giró a los cabecillas- Y vosotros dos, ya sabéis lo que tenéis que hacer si no queréis que la pillemos todos con vosotros ¿eh?
Ellos se giraron y salieron corriendo. A un gesto de Peter, los dos grandullones que lo acompañaban los siguieron. En dos zancadas los habían cogido y llevado de vuelta con Peter.
-Vosotros fuisteis los que lo planearon todo, ¿eh? -no respondieron. Jake asintió.
-¿Podéis acompañarlos a la casa de la tía? -preguntó Peter a sus colegas- Y aseguraros de que digan la verdad. Yo tengo que irme.
-Venga.
Peter se sacó un paquete de cigarros del bolsillo y se lo regaló al otro muchacho.
-Así mola hacer tratos contigo. -sonrió él. Peter le devolvió la sonrisa.
-Venga, tío, nos vemos en la fiesta de Alba ¿eh? Que sus padres no están y va a montar una buena.
-¿Sabes que mañana tenemos examen, verdad? -le avisó Justin. Él se encogió de hombros
Peter preguntó a los otros muchachos si iban a ir y se marcho. Los dos colegas del muchacho y los maquinadores de la borrachera de Violeta los siguieron hasta su casa junto a Rubén. Allí, el hombre se quedó fuera, Daniel llamó a la puerta y los obligaron a contarlo todo. El padre intentó frenar su ira y les pidió los nombres y los teléfonos de sus padres mientras los invitaba a ellos a entrar a ver a Violeta. Subieron las escaleras y llamaron a su habitación diciendo quiénes eran. La chica, sorprendida, les pidió que se esperaran un momento, se vistió y abrió la puerta. Les contaron lo que había pasado y salieron a dar una vuelta, a Violeta le vendría bien tomar el aire. Ainoa le contó que una vez ella se había colado en la fiesta de su hermano Robin, le habían echado algo en la bebida y había acabado igual, con todos riéndose de ella y un resacón impresionante. Pero tuvo la suerte de que su hermano la vio y la sacó de allí. Daniel le comentó que siempre podía cambiarse a su instituto, que había buena gente. Violeta les contó que había creído que tenía por fin amigos cuando la invitaron.
-Pues esos no son buenos amigos, -replicó Dani- pero, si quieres, tengo una idea. Tu casa pilla de camino a nuestro instituto, y los dos instis están al lado. Podríamos pasar a recogerte y volver juntos todos los días, y podrías quedar con nosotros alguna vez. Así verás lo que son los amigos de verdad ¿eh?

***

Rubén se había quedado escondido cuando salieron y le alegró verla con buenos chicos de su edad. Se volvió a casa sin decir nada a nadie y sin que Violeta lo viera.

***

Violeta se acostó. Le habían caído muy bien los chicos; pero al día siguiente tenía que volver al instituto. No tenía ganas de volver a encontrarse con esos majaderos; así que había pensado en suplicar a sus padres que la cambiaran de instituto. Sonó su móvil. Lo cogió. Eran mensajes de Whatsapp, de Jorge. Lo abrió. Se lo había mandado hacía horas; pero había tenido el móvil apagado. Lo acababa de poner a cargar.

“Hola, Violeta. ¿Qué tal la resaca?”

“Violeta... No lo aguanto más, en serio...”

“Necesito hablar con alguien, a ver si así al menos me desahogo. Llámame en cuanto puedas.”

Tenía unas cuantas llamadas perdidas del muchacho. Mierda...

2 comentarios:

  1. Hola!! Acabamos de encontrar tu blog y te seguimos desde ahora :D Ojalá que también te guste nuestro espacio!

    Un abrazo fuerte de parte de los tres :)
    www.melodiasporescrito.com

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    1. ¡Gracias por seguirnos! Ahora mismo nos pasamos =) Mos alegramos de que te guste :3

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