domingo, 9 de febrero de 2014

Justin y “A” (parte 1)



 

No dejes que las opiniones que tengan los demás de ti cambien tu forma de ser o pensar. Tú eres TÚ mismo, nunca lo olvides.

 


Violeta cogió su chaqueta del perchero de la entrada, bostezó y salió a la calle. Fuera hacía frío, un frío seco, eran las diez de la mañana. Había quedado con los chicos a las doce; pero antes quería salir a tomar el aire y dar un paseo sola. La noche anterior había estado hablando con Jorge hasta muy tarde, y el chico le había dicho que se fuera con sus amigos cuando se despertara si quería; porque él estaba muy cansado e iba a estar durmiendo hasta tarde. No le había sentado demasiado bien el largo viaje.

Habían estado hablando de Rubén y Dani. Jorge se había quedado con una cara pensativa al final del relato; aunque casi le da algo cuando se enteró de lo que vio con Rubén. Él y Rubén se habían llevado muy bien siempre, y le parecía un buen hombre. Luego estaba Dani, le preguntó a su amiga si de verdad salía con él porque lo quería, para usarlo como apoyo o por vengarse de su ex. Ella le dijo que no estaba segura, se balanceaba entre las dos primeras opciones. También le dijo que Daniel era un buen chico y que no quería hacerle daño; después le pidió su opinión sobre el tema. Jorge le contestó que necesitaba pensar sobre el tema y consultarlo con la almohada, además estaba cansado y no pensaba con claridad. Después de eso se durmieron.



***



Se reunió con los chicos en un lugar algo apartado, en la calle trasera de la casa de Dani. Era bonito, tenía una pequeña explanada para que los niños jugaran, detrás algunas plantas y algunos coches aparcados cerca de ellos; pero no había nadie. Justin llegó sonriendo, muy alegre, junto con otro muchacho, los demás ya estaban allí. El chico que acompañaba a Justin era alto, muy guapo y con buena forma, de pelo negro poco más largo que el de Justin, ojos marrones y tez morena. El chico también sonreía, y su sonrisa era brillante.

Eliot y Dani lo saludaron con un choque de manos, entre sonrisas. Estrella y Ainoa le dieron un abrazo. Justin se acercó a ella, que estaba pensando quién sería su compañero. Mientras, éste ya la miraba con curiosidad.

-Violeta, te presento a Agus. Agus, esta es Violeta.

El muchacho le tendió la mano.

-Encantado. La novia de Dani ¿eh?

-Sí. -ella se ruborizó un poco- Lo mismo digo, me han hablado mucho de ti.

Él sonrió. Tenía una sonrisa preciosa y sus ojos sonreían junto a sus labios. El mismo gesto enmarcaba el rostro de Justin. Ambos muchachos se apoyaron en uno de los coches, uno al lado del otro, mientras seguían con una charla en grupo.

En un momento, Estrella dijo que tenía que irse pero que volvería en un momento y Ainoa se propuso a acompañarla. Cuando Eliot les preguntó qué les pasaba, la segunda chica sólo respondió “asuntos de chicas” antes de marcharse.

Mientras las esperaban, siguieron hablando. Sin las chicas Violeta se sentía aún más desplazada de lugar. Daniel intentaba que esto no pasara; pero, con la presencia de Agus, Violeta se sentía fuera de juego y tenía vergüenza. Además, si los chicos ya eran un poco mayores que ella, Agus se veía aún más maduro. Y pensar que eso nunca le había preocupado con Rubén... Se quitó la imagen del hombre, que aún la visitaba algunas noches, de la cabeza. Miró a Jus, que seguía apoyado con Agustín en el coche. Agustín vestía con chaqueta de cuero, pantalones vaqueros y una camiseta azul marina en la que se dejaban notar un poco sus abdominales. Violeta se dio cuenta de que, sumida en sus pensamientos, se había perdido en la conversación. Volvió a intentar escucharles; pero en ese momento no estaba hablando de nadie. Agus sonreía, seguramente por algo que hubieran dicho. Su brazo derecho estaba apoyado en el techo del coche, un poco por encima de los hombros de Justin. En ese momento las muchachas empezaban a acercarse desde el otro lado de la calle; pero Violeta no se dio cuenta, algo llamó mucho más la atención de la chica. Agustín miró a Jus, el cariño se despedía de sus ojos en gran magnitud. Se inclinó un poco a él y los dos muchachos juntaron sus labios en un cariñoso y esperado beso. Se separaron con una sonrisa.

Violeta no pudo evitar quedarse con la boca literalmente abierta.

-¿Qué, aún no te lo habían contado? -preguntó Agus con una sonrisa al percatarse.

-No... no. Los dos... sois... sois... ¿sois gays?

-Ajá.

-Vaya, pues no me lo esperaba...

-Y espero que no te importe. -Agus tenía esa costumbre de amenazar con la misma voz que hablaba con normalidad al tiempo que sus ojos despedían un, casi invisible, destello de irritación.

-No, no, no, tranquilo. Total, mi mejor amigo es gay.

Agus se relajó y Justin no pudo reprimir una sonrisa. Violeta se percató de que Jus se había preocupado por la repercusión que aquello tendría en su relación con ella y Agus se había preocupado por ello.

Justin se acercó más a Agus y le pasó un brazo por detrás de la cintura. El muchacho le paso el suyo por la espalda y Jus apoyó la cabeza en su pecho, cerrando los ojos un momento mientras Agus pasaba la mano entre su cabello, sin apartar la mirada un segundo de él. Después, Justin miró a Violeta.

-Él es mi “A”. -le dijo.

Millones de pensamientos se amontonaron entonces en la cabeza de la chica. Eso daba explicación a muchas cosas aunque... también le indicó algo... menos agradable.

-¡Oye! -miraba a Dani- ¡Entonces me mentiste! Siempre me has hablado de “Agustín” y “la pareja de Justin” como dos personas distintas.

-¿Qué? Yo nunca te he mentido... Además, es verdad que Justin siempre dice que Agus es su mejor amigo; así que no te he mentido. Y... supongo que podría decirse que Agus es el mejor amigo de Justin y su novio, por tanto es dos cosas a la vez (barra) dos personas distintas. -las escusas no eran su fuerte- Además, ¡como iba yo a decírtelo sin el permiso de Justin! Que a él no le gusta que todo el mundo lo sepa, jo... tendría que decírtelo él... -intentaba hacerse la víctima inocente mientras ponía carita de pena.

Violeta sonrió. Agustín se regocijaba por aquella “pelea”, a juzgar por su sonrisa. Entonces Violeta se acordó de una petición que le había hecho hacía ya bastante tiempo Jorge, pidiéndole ayuda para encontrar a homosexuales que fueran mayores para que pudieran enseñarle como sobrevivir a los homofóbicos y demás problemas... tenía que pedírselo a ellos, no creía que les importara ayudarle.

Pensó en las mejores palabras para pedírselo mientras Jus disfrutaba de las caricias de su novio y los demás se sumergían en una alegre charla. Entonces decidió que seria mejor pedirles el favor cuando ya hubieran hablado un poco, y recordó otra cosa que quería preguntarles desde que Dani le pidiera salir.

-Oye, chicos... una pregunta; ¿cómo empezasteis vosotros dos a salir? Según Dani la vuestra era una historia bastante interesante. -intentó ganarse la anécdota.

Agustín sonrió, dejando ver sus blancos dientes.

-Bueno, pues... -contestó Justin, que siempre se volvía vergonzoso y nervioso al hablar sobre ese tema.

-Si quieres se lo cuento yo. -se apresuró a decir Agus.

-Oh, noooo. -se quejó Eliot haciendo una mueca.

-Que sí, ¿por qué no? -espetó Agustín.

-¡Ya nos hemos tragado esa historia millones de veces!

-Uf, de verdad. -le apoyó Dani.

Ainoa y Estrella se rieron.

-Creo que vas a conseguir que te odien los chicos. -bromeó Ainoa con Violeta.

-Uy, de verdad, tú sigue pidiéndole a Agus que te cuente las historias que ya ha conseguido grabarnos en la mente y veras. -contribuyó Estrella.

-Bueno, pues os aguantáis. -los acalló él- Todo empezó un día en que...



*** (mucho tiempo atrás...)



Justin y Agustín estaban sentados en la mesa de un restaurante. El muchacho había invitado a Justin a comer allí porque los padres de éste estaban fuera; y no quería invitarlo a su casa para que sus padres no pensaran que era él su novio, aquello le agobiaba un poco. Ya habían acabado de comer, pero seguían en la mesa, hablando tranquilos.

-¿Sabes? En dos semanas haré tres meses con Marcos.

-¿Ah, sí? Qué bien. -su amigo fingió una sonrisa, que ya tenía bastante ensayada- Con Antonio fue menos ¿verdad?

-Sí, por estas fechas ya habría cortado con él.

Al quedarse sin tema de conversación, les cogió un silencio incómodo, algo que no ocurría entre ellos nunca hasta hacía algún tiempo. Agustín se había preguntado alguna vez si sería por su homosexualidad; pero sabía que no, Justin siempre le había apoyado con eso, con sus novios... con todo.

-Ey, Jus.

-¿Sí?

-Puede que esto te parezca algo tonto pero... quiero darte las gracias.

-¿Las gracias por qué? Yo no he hecho nada...

Agustín sonrió.

-¿Que no? Tú siempre has estado ahí apoyándome, con todo. Me ayudaste cuando me enteré de mi sexualidad, estás ahí siempre que necesito ayuda... Hasta de pequeños eras siempre mi mayor apoyo. Quiero que sepas que eres mi mejor amigo, Jus, y espero que siempre lo seas.

Para su sorpresa, Agus creyó percibir una muestra de dolor y disgusto en los ojos de su amigo.

-Pues vaya pena...

-¿Qué? -contestó él desconcertado.

-Digo que pues vaya pena; porque yo preferiría que me vieras como algo más que tu amigo. No quiero ser “tu mejor amigo”, preferiría que me llamaras como “tu novio”.

En seguida Justin se dio cuenta de la cagada monumental que acababa de hacer. Además, seguía enfadado, y mucho. Se levantó de la mesa con brusquedad, se dio la vuelta y se alejó de allí con zancadas largas. Sintió como la mejilla le ardía por culpa de una lágrima que bajaba por ella.

Agus se había quedado estupefacto y pasó unos minutos sin poder moverse. En cuanto salió de su asombro, se levantó y dejó el dinero sobre la mesa. Salió corriendo en pos de su amigo, que le llevaba mucha ventaja.

-¡Espera, Jus!

-¡No! -contestó él, empezando a correr.

-¡Tengo que hablar contigo!

-¡Pues yo no quiero!

Justin consiguió despistarle, llevaba demasiada ventaja y corría rápido. Agustín paró en seco y se apoyó en sus rodillas, respirando agitado. Necesitaba ayuda; pero ¿a quién preguntar cuando el chico que siempre le ayudaba era el origen del problema?



***



Estaban en la casa de Ainoa. Dani, Eliot y Estrella estaban sentados en un sofá y, en frente de ellos, estaban Ainoa y Robin. El muchacho estaba sentado en el respaldo, con los pies en el sofá. Estrella dejó la mirada perdida en él con disimulo, como tantas veces antes había hecho y tantas veces más haría, veces que también ocurrirían después de que conocieran a Violeta. Escucharon como alguien llamaba a la puerta y, para desencanto de la chica, Robin se levantó y se fue a abrirla. Un chico, que en ese momento armó un estruendo cual un tornado, entró corriendo en la estancia. Robin lo siguió en grandes zancadas, con los ojos muy abiertos por su reacción. Había entrado corriendo antes de que si quiera le saludara. Los muchachos fijaron en él su atención. Era Agustín, lo conocían desde pequeños, siempre había sido el mejor amigo de Justin y se había juntado innumerables veces con ellos. Agus jadeaba y tenía el rostro cubierto de lágrimas de pura angustia. Levantó la mirada hacia ellos, y todos notaron sus ojos rojos.

-Agus... ¿qué... qué te ha pasado? -le preguntó Ainoa, que ahora estaba en el mismo sofá que los otros chicos, sentada en el reposabrazos.

-¿Que qué me ha pasado? -repitió él, con pena y cansancio. Las lágrimas recorrían su rostro sin descanso.

-Venga, tranquilo, chico... -intentó tranquilizarle Robin, pasándole la mano por la espalda- Cuéntanos lo que te ha pasado, quizás nosotros podamos ayudarte.

Agus asintió e intentó tranquilizarse. Robin se acercó al sofá vacío y volvió a su posición inicial. Estrella deseó escoger la escusa de que estaban demasiado apretados para ir a sentarse a su lado; pero decidió fijar su atención en el pobre muchacho, que intentaba encontrar las palabras para empezar.

-Si buscas a Justin... -comentó Eliot- No está aquí.

-No, no lo busco a él. De hecho, acabo de estar con él.

Aquella información les puso a todos en tensión ¿Habría pasado algo con Justin?

-¿Qué... qué ha pasado? -se atrevió a preguntar Dani.

Agustín se sorbió los mocos y parpadeó varias veces, intentando retener las lágrimas. Recobró su compostura.

-¿Sabíais que Justin es homo?

Se miraron entre ellos ¿cómo mentirle? Asintieron con la cabeza, preocupados.

-¡¿Y por qué coño no me lo dijisteis?!

-¿Qué... qué pasa, Agus? -le preguntó Ainoa.

-¡¿Que qué pasa?! Pues pasa que Justin acaba de confesarme que le gusto y se ha ido corriendo. Y yo estoy con Marcos, o sea que le he estado haciendo daño, joder. -todos se quedaron petrificados- ¡¿Por qué demonios no me lo habíais dicho?!

-Si hubiéramos sabido que le gustabas a Justin... te... te lo hubiéramos dicho. -le contestó Ainoa- Para que no le hicieras daño.

-¡¿Y ahora yo qué pollas hago?!

-Supongo que Justin podrá superar que el sentimiento no sea mutuo, siempre que tú sigas tratándolo igual a pesar de saberlo...

Los demás asintieron.

-¡Pero es que no lo entendéis, joder! ¡A mí me gusta Justin! Sólo que creía que él era hetero... si no nunca hubiera salido con Marcos ni con Antonio...

-Pues supongo que tendrás que dejarlo con tu novio... -intentó ayudar Robin.

-Ya, pero ¿cómo lo hago? -él se encogió de hombros- ¿Cómo lo hiciste tú para cortar con la tuya?

Robin había estado saliendo hasta no hacía mucho con una compañera de su clase. No volvió a salir con nadie, para alivio de Estrella, ni tampoco lo hizo en los tiempo en los que el grupo ya cursaba cuarto de ESO y Agus vivía en una ciudad distinta.

Robin se encogió de hombros.

-Mira, no lo sé. Supongo que también de pende del caso...

-Uff... -bufó el muchacho.

-Sea como sea, nosotros te apoyaremos. -le dijo Ainoa.

Él asintió gradecido.

-Creo que mejor me voy a buscarle... Si es que él me abre la puerta, claro.

-Suerte.

Escucharon la puerta de la entrada cerrarse. Robin tragó saliva y los miró.

-¿Justin y Agus son homosexuales?

-¡Premio al listo! -exclamó su hermana con sarcasmo.

-Anda que contáis algo... -se quejó él.



Agustín llamó a la puerta de Justin; pero nadie le abrió. Volvió a su casa y se pasó la tarde llamándole y mandándole mensajes. No respondió; así que intentó concentrarse en estudiar.



Al día siguiente, se lo encontró en el instituto. Cruzaron una mirada y se acercó a él.

-Agus... -empezó Justin. Él le dejó continuar- Sobre lo que pasó ayer... Olvídalo todo ¿vale? Ah, y... felicidades adelantadas por tu aniversario con Marcos.

-Justin, no pasa nada ¿vale?

-Ya... Eh... Tengo que irme, quiero ir preparándome para el examen de mates. -se excusó antes de que Agus continuara. Sentía un terrible nudo en el estómago.

El chico sabía que no tenía ningún examen, ya que si no el responsable muchacho nunca hubiera aceptado quedar en el restaurante con él; pero le dejó marchar.



En el recreo, al salir de la clase, se encontró con Marcos, como siempre. No tenía ninguna gana de verle. El chico fue a besarle; pero él apartó la cara. Su novio pasó de él. Marcos siguió hablando y chuleando con sus compañeros, Agus ni lo escuchaba. Marcos solía utilizarlo para chulear de novio y porque se sentía seguro, sabía que nadie se metería con él con Agus a su lado; pero en realidad no le quería. Y el sentimiento era mutuo. Por desgracia, eso era algo que Jus no sabía. En un momento en que Marcos pareció pedir su opinión, con los humos tan subidos como siempre, él se los bajó con un solo gesto. Lo miró tan seriamente que él sintió miedo de lo que iba a decirle.

-Oye, mira, Marcos. Sé perfectamente que tú en realidad no me quieres y sólo me utilizas para chulearte, y ya estoy cansado de esto ¿sabes? Adiós, para siempre, te dejo.

Podría haber sido demasiado brusco; pero le daba igual. Sólo deseaba buscar a Justin y poder tenerlo por fin entre sus brazos sin que nadie fuese a chivarse.

-No... no... ¡No puedes dejarme así! Y menos delante de toda esta gente...

-¿Que no? Pues acabo de hacerlo. Y, además, no siento ningún remordimiento por ello. Adiós, Marcos. -se dio la vuelta.

-Pero... ¡cari!

-No me llames así. -le amenazó mandandole una mirada asesina por encima del hombro. Era la primera vez que lo hacía, y tan sólo como chantaje emocional.

Agustín echó a andar en dirección contraria de donde se encontraba el chico. Alguien se acercó a él, la miró por el rabillo del ojo.

-No tengo ganas de hablar, Marga.

-Lo has hecho por él ¿verdad?

El muchacho se paró en seco, obligándola a ella también a detenerse.

-¿Por quién?

-Por Justin. -respondió ella bajando el volumen de su voz- Antes he estado hablando con él, y me lo ha contado... me lo ha contado todo. La verdad es que no me lo esperaba pero... Se le notaba muy apenado. -cambió de tema. Agus puso una mano sobre su frente- Ya, yo pensé lo mismo. Pobre Justin ¿verdad?

Él asintió.

-No sabes cuanto... Adiós, Marga, y... gracias. Me voy a buscarle.

Agustín se fue directamente a la puerta del gimnasio. Antes de éste había una pequeña antesala que solía estar vacía en los recreos, y sabía que su amigo estaría allí. Tanto mejor, porque quería tener privacidad para ese momento. Justin estaba allí solo, ninguno de sus amigos había ido esta vez a acompañarlo. Mejor. Se acercó a él. Justin se separó de la pared en la que había estado apoyado y lo miró, cogido por sorpresa.

-Sabía que estarías aquí. -comentó Agus con una sonrisa.

-A... Agus, ¿qué...? -tragó saliva intentando relajarse- ¿Qué tal el día?

Agustín, con las manos en los bolsillos, se encogió de hombros.

-Bien, guay. Lo he dejado con Marcos.

-Oh... Lo siento mucho, Gus.

-Na, está bien. Yo quería hacerlo.

-¿Por... ¿Por qué? Creía que estabas muy contento de que fueras a cumplir ya los tres meses con él...

-Bah, en realidad no. Además, me utilizaba mucho.

-Pues como tú.

Agus dejó escapar una sonrisa para tranquilizar la conversación.

-Es posible... ¿Que por qué, decías, que lo he hecho? Pues bien, te lo diré: por ti.

Justin se quedó un poco parado y tragó saliva.

-Oh... Agus... No, no tenías que hacerlo...

-No, no tenía; pero sí quería. ¿Y sabes por qué? -se acercó a él y le cogió las manos- Porque, si hubiera sabido eso sobre ti, nunca jamás hubiera salido con Antonio ni con Marcos; pero de verdad que creía que eras heterosexual. Finges bien. -comentó con una pequeña sonrisa. Él se la devolvió por toda respuesta. El corazón de Justin amenazaba con salirse del pecho, y el de Agus no se quedaba demasiado atrás- Y puedo asegurarte que es la vez que más sinceramente digo esto, de hecho creo que a ellos ni siquiera se lo dije nunca: creo que te quiero.

Jus no contestó nada y a Agus empezaba a incomodarle su silencio ¿habría dicho o hecho algo mal? ¿Lo habría mal interpretado? No creía, era imposible... Agus le sonrió con timidez. Justin le sonrió al tiempo que se ponía colorado. Agustín lo abrazó y el muchacho dejó caer la cabeza sobre su pecho.

-Yo... yo... yo también creo que te quiero. -le susurró.

Los pelos de ambos estaban de punta, los nudos en el estómago se apretaban amenazando con romperse de la fuerza y los corazones parecían entrenarse para un maratón. Al poco tiempo se separaron, Agus dejó las manos sobre sus brazos y ambos se fundieron en la mirada del otro.

-Dime, ¿alguna vez has besado a alguien?

-No, y si así fuera tú lo sabrías.

Agustín sonrió.

-Pues, si me dejas, yo te enseñaré.

Jus sonrió. Miles de escalofríos recorrían su cuerpo. Deseaba que sus labios por fin se encontraran, pero a la vez tenía miedo de echarlo todo a perder. Volvió a perderse en los preciosos ojos de él, sin atreverse a dar el primer paso pero disfrutando de su simple presencia. Agus se acercó un poco a él, Justin le siguió, sin ser capaz de acercarse más de unos milímetros. Agus terminó de recorrer el recorrido.

Miles de sensaciones inundaron a los chicos con aquel tacto. Cuando se separaron, ambos sonreían de oreja a oreja. Justin le devolvió un nuevo beso en seguida, provocando que la sonrisa del muchacho se ensanchara en mitad del contacto. Y él que pensaba que ése debía de ser un mal día por el hecho de ser martes trece y justo el día siguiente de una cagada monumental, cuán equivocado estaba.



Salió del instituto. La sonrisa no se había borrado de sus labios ni de su mirada en todo el día. Su corazón volvía a latir con fuerza cada vez que recordaba aquel beso, el primer beso de su vida, ese beso que nunca olvidaría. Su beso con Agustín, el mejor chico que había conocido en su vida. Agus era tan perfecto que sólo con pensar en él se ponían todos sus pelos de punta.

Un silbido llamó su atención. Miró al lugar del que procedía, en una pequeña callejuela. Agustín le sonrió desde ella y le saludó con la mano. Justin le devolvió la sonrisa y buscó a sus amigos con la mirada. Cuando los encontró, les dijo que ese día volvería a casa con Agus. Todas sus cabezas se llenaron de pensamientos ante su noticia, habían escuchado rumores sobre que el muchacho lo había dejado con Marcos; pero no dijeron nada y se despidieron sin más. Justin se acercó a la callejuela intentando no llamar la atención. Agustín se había internado un poco en ella para que no lo vieran. Cuando Justin estuvo delante del muchacho, él le dirigió una de sus más sinceras y brillantes sonrisas. Lo cogió de los brazos y lo besó. Jus respondió de muy buena gana.

-Un bonito sitio para una quedada. -comentó con ironía. Agustín le sonrió.

-Pensé que no te gustaría que todos se enteraran.

-Y estabas en lo cierto. -les sobrecogió un pequeño silencio que Justin se apresuró a romper- Aunque no creo que hubieran pensado nada si en vez de esperarme aquí y rezar porque escuchara tu silbido entre tanto barullo te hubieras acercado a recogerme. Total, saben que somos amigos desde siempre...

-Ya, pero creo que no hubiera aguantado ni un solo segundo teniéndote delante sin besarte.

Justin sonrió enrojeciéndose. Agus era muy lanzado, y era extraño para él, que era la primera vez que salía con alguien. Jus se acercó a él, pero no fue capaz de terminar por besarle. Agus sonrió y se acercó más a él. Se besaron. Después Agus volvió a dejarse caer en la pared y lo cogió por la cintura, mirándolo con cariño.

Justin bajó la mirada y se alejó de él. Agustín frunció el ceño.

-¿Qué... ¿Qué te pasa?

-Agus... Es que yo... Eres mi mejor amigo ¿sabes? Y me da miedo perderte... En fin, ya sabes, has durado a penas unos meses con cada uno de tus novios y nunca acabas bien...

-Te prometo que contigo será diferente, Justin. Porque a ti te quiero.

-Pero... ¿y si no? ¿Y si al final pasa cualquier cosa y lo dejamos? ¿Y si nuestra relación se rompe por culpa de haber salido contigo y no volvemos a ser nunca más amigos? No quiero que pase eso, Gus... Me da miedo perderte, y mucho.

-A mí también. -le contestó él- Y te prometo que prefiero tenerte mil veces como amigo antes que como novio, Jus. No podría sobrevivir sin tenerte a mi lado como mi amigo, porque te necesito. Y te prometo que si en algún momento veo que esto pudiera perturbar nuestra relación haciendo que dejáramos de ser mejores amigos lo dejaremos y punto. Pero... tenemos que intentarlo, Jus, yo te prometo que haré cualquier cosa que esté en mi mano para que esta relación dure para siempre. -Jus no supo que contestar, seguía preocupado. Agus se incorporó y se acercó un poco a él. Cogió una de sus manos entre las suyas- Seamos mejores amigos y novios.

Justin sonrió.

-La relación perfecta.

Él asintió.

-La relación perfecta.

Jus se lanzó a sus brazos y escondió el rostro entre su pecho.

-¿Crees que lo conseguiremos? -le preguntó.

-Lo conseguiremos. -contestó Agustín- Ya lo verás. -Se separaron y se miraron con cariño a los ojos. Agus se acercó a él y le pasó un brazo por detrás de los hombros y otro por la cintura- Venga, te acompaño a casa.

Justin asintió y dejó caer la cabeza sobre su pecho. Empezaron a andar así, agarrados, escondidos en la intransitada callejuela. Jus sujetada la mano que Agus le pasaba por la cintura. El chico sonrió de improviso.

-¿Por qué sonríes? -le preguntó Justin.

-¿Que por qué sonrío? Te tengo a ti, el mejor cuerpo del instituto, entre mis brazos ¿qué más quieres?

-Yo no tengo el mejor cuerpo de todo el instituto...

-¿Ah, no? -contestó él con sarcasmo- ¿Y entonces quién?

-Bueno... Tú. -se escaqueó Justin. Agus sonrió.

-No, ahora en serio. Eres una magnífica persona, Justin. Tienes una mente privilegiada y eres la mejor persona del mundo, y encima de todo estás bueno. ¿Qué más podría pedir?

Justin sonrió sonrojándose. Agustín tenía ese instinto especial para hacer que se sonrojara. Aún así, pensaba que mentía al decirle eso. Tenía más defectos que cualidades según su opinión. Agustín se paró en seco algunos pasos antes de llegar al final de la callejuela. Lo cogió de los antebrazos y lo miró a los ojos.

-Oye, Justin. Esta vez... quiero hacerlo bien. Quiero hacerlo realmente bien, no como un liguecillo de mierda -igual que hacía con Antonio y Marcos- Sólo si tú quieres, claro...

Justin sonrió, eso era lo que él había querido desde el principio. Pero no quería forzarlo, sabía que las cosas serias no eran el fuerte del muchacho, y también que una relación seria no era lo más normal a sus edades (él estaba en el primer trimestre de segundo de ESO y Agus en tercero). La verdad era que nunca había pensado que saldría con alguien siendo tan joven; pero no le importaba si el premio era estar con Agus.

Para su sorpresa, el joven hizo ademán de arrodillarse, sin llegar a apoyar la rodilla en el suelo para no mancharse. Le sonrió y le cogió la mano.

-Justin Hurtado Campos, ¿quieres ser mi novio, convirtiéndote así aún más en el centro de mi vida y darme el gran honor de poder cuidarte, apreciarte y amarte como a nadie más en este mundo?

El corazón de Justin pareció querer detenerse para siempre y su sonrisa se hizo tan grande que parecía que no iba a entrar en su rostro. Agustín siempre había sido un exagerado en cada cosa que hacía; pero eso era algo que le gustaba de él.

-Sí, quiero. -se echó sobre él para abrazarle y Agus lo abrazó levantándole del suelo- Pero sólo si tú me das ese mismo honor.

Agustín sonrió.

-Trato hecho.



***



Justin llamó corriendo a Ainoa nada más estar en su cuarto. Sabía que ella y Estrella estaban juntas. La chica, cuando vio que era él, puso el móvil en altavoz y le contestó.

-Hola, Justin, ¿qué quieres? -le preguntó.

-¡Hola, chicas! Tengo que hablar corriendo con vosotras, tías. ¿Dónde estáis?

-En casa de Estre, si quieres pasamos a buscarte.

-¡Vale! ¡Os espero!

Las dos muchachas sonrieron al notar la gran alegría de su amigo. Cuando llegaron él las invitó a subir a su habitación con una gran sonrisa y sin decirle nada a sus padres. Ellos se alegraron de ver tan contento a su hijo. Justin cerró la puerta teniendo cuidado de que no se quedara nadie al otro lado escuchándoles. Se volvió a ellas con una gran sonrisa.

-¿Qué es eso tan importante que tenías que contarnos?

-No os lo vais a creer; pero... ¡Agus me ha pedido salir!

Las chicas sonrieron.

-¿En serio? -preguntó Ainoa.

-¡Sí! -exclamó él abrazándola.

-¡Enhorabuena!

Estrella abrazó a su amigo.

-Qué guay, Justin. -le dijo- Pero anda que nos dices que te gusta...

-Oye, que tú sí lo sabías.

-¿Qué? -se contrarió Ainoa- ¿Lo sabías y no me dices nada?

Su amiga se encogió de hombros.

-No iba a decírtelo sin el permiso de Justin.

-Bueno, por hay te libras... -se volvió a su amigo- Oye, Justin; ¿pero Agus no estaba saliendo con un tal Marcos?

-Sí; pero lo ha dejado con él esta misma mañana.

-Ah. Guay, supongo.

-¿Lo saben los chicos? -le preguntó Estrella.

-No; pero iba a ir a contárselo ahora mismo. ¿Me acompañáis?

-¡Claro!



Pero no siempre todo es de color de rosa, como tampoco lo fue con Justin. Y es que, el principio de algo hermoso, puede llegar a acarrear grandes problemas.

2 comentarios:

  1. El capítulo más bonito que ha escrito Maria del Mar, sin duda. Ha sido precioso :3 Quiero ya la segunda parte!!

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    1. ¡¡Gracias Elena!! 😘
      Tendrás que esperar hasta la semana que viene como los demás jajaja

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