No dejes que las opiniones que tengan los demás de ti cambien tu forma de ser o pensar. Tú eres TÚ mismo, nunca lo olvides.
Violeta
cogió su chaqueta del perchero de la entrada, bostezó y salió a la
calle. Fuera hacía frío, un frío seco, eran las diez de la mañana.
Había quedado con los chicos a las doce; pero antes quería salir a
tomar el aire y dar un paseo sola. La noche anterior había estado
hablando con Jorge hasta muy tarde, y el chico le había dicho que se
fuera con sus amigos cuando se despertara si quería; porque él
estaba muy cansado e iba a estar durmiendo hasta tarde. No le había
sentado demasiado bien el largo viaje.
Habían
estado hablando de Rubén y Dani. Jorge se había quedado con una
cara pensativa al final del relato; aunque casi le da algo cuando se
enteró de lo que vio con Rubén. Él y Rubén se habían llevado muy
bien siempre, y le parecía un buen hombre. Luego estaba Dani, le
preguntó a su amiga si de verdad salía con él porque lo quería,
para usarlo como apoyo o por vengarse de su ex. Ella le dijo que no
estaba segura, se balanceaba entre las dos primeras opciones. También
le dijo que Daniel era un buen chico y que no quería hacerle daño;
después le pidió su opinión sobre el tema. Jorge le contestó que
necesitaba pensar sobre el tema y consultarlo con la almohada, además
estaba cansado y no pensaba con claridad. Después de eso se
durmieron.
***
Se
reunió con los chicos en un lugar algo apartado, en la calle trasera
de la casa de Dani. Era bonito, tenía una pequeña explanada para
que los niños jugaran, detrás algunas plantas y algunos coches
aparcados cerca de ellos; pero no había nadie. Justin llegó
sonriendo, muy alegre, junto con otro muchacho, los demás ya estaban
allí. El chico que acompañaba a Justin era alto, muy guapo y con
buena forma, de pelo negro poco más largo que el de Justin, ojos
marrones y tez morena. El chico también sonreía, y su sonrisa era
brillante.
Eliot
y Dani lo saludaron con un choque de manos, entre sonrisas. Estrella
y Ainoa le dieron un abrazo. Justin se acercó a ella, que estaba
pensando quién sería su compañero. Mientras, éste ya la miraba
con curiosidad.
-Violeta,
te presento a Agus. Agus, esta es Violeta.
El
muchacho le tendió la mano.
-Encantado.
La novia de Dani ¿eh?
-Sí.
-ella se ruborizó un poco- Lo mismo digo, me han hablado mucho de
ti.
Él
sonrió. Tenía una sonrisa preciosa y sus ojos sonreían junto a sus
labios. El mismo gesto enmarcaba el rostro de Justin. Ambos muchachos
se apoyaron en uno de los coches, uno al lado del otro, mientras
seguían con una charla en grupo.
En un
momento, Estrella dijo que tenía que irse pero que volvería en un
momento y Ainoa se propuso a acompañarla. Cuando Eliot les preguntó
qué les pasaba, la segunda chica sólo respondió “asuntos de
chicas” antes de marcharse.
Mientras
las esperaban, siguieron hablando. Sin las chicas Violeta se sentía
aún más desplazada de lugar. Daniel intentaba que esto no pasara;
pero, con la presencia de Agus, Violeta se sentía fuera de juego y
tenía vergüenza. Además, si los chicos ya eran un poco mayores que
ella, Agus se veía aún más maduro. Y pensar que eso nunca le había
preocupado con Rubén... Se quitó la imagen del hombre, que aún la
visitaba algunas noches, de la cabeza. Miró a Jus, que seguía
apoyado con Agustín en el coche. Agustín vestía con chaqueta de
cuero, pantalones vaqueros y una camiseta azul marina en la que se
dejaban notar un poco sus abdominales. Violeta se dio cuenta de que,
sumida en sus pensamientos, se había perdido en la conversación.
Volvió a intentar escucharles; pero en ese momento no estaba
hablando de nadie. Agus sonreía, seguramente por algo que hubieran
dicho. Su brazo derecho estaba apoyado en el techo del coche, un poco
por encima de los hombros de Justin. En ese momento las muchachas
empezaban a acercarse desde el otro lado de la calle; pero Violeta no
se dio cuenta, algo llamó mucho más la atención de la chica.
Agustín miró a Jus, el cariño se despedía de sus ojos en gran
magnitud. Se inclinó un poco a él y los dos muchachos juntaron sus
labios en un cariñoso y esperado beso. Se separaron con una sonrisa.
Violeta
no pudo evitar quedarse con la boca literalmente abierta.
-¿Qué,
aún no te lo habían contado? -preguntó Agus con una sonrisa al
percatarse.
-No...
no. Los dos... sois... sois... ¿sois gays?
-Ajá.
-Vaya,
pues no me lo esperaba...
-Y
espero que no te importe. -Agus tenía esa costumbre de amenazar con
la misma voz que hablaba con normalidad al tiempo que sus ojos
despedían un, casi invisible, destello de irritación.
-No,
no, no, tranquilo. Total, mi mejor amigo es gay.
Agus
se relajó y Justin no pudo reprimir una sonrisa. Violeta se percató
de que Jus se había preocupado por la repercusión que aquello
tendría en su relación con ella y Agus se había preocupado por
ello.
Justin
se acercó más a Agus y le pasó un brazo por detrás de la cintura.
El muchacho le paso el suyo por la espalda y Jus apoyó la cabeza en
su pecho, cerrando los ojos un momento mientras Agus pasaba la mano
entre su cabello, sin apartar la mirada un segundo de él. Después,
Justin miró a Violeta.
-Él
es mi “A”. -le dijo.
Millones
de pensamientos se amontonaron entonces en la cabeza de la chica. Eso
daba explicación a muchas cosas aunque... también le indicó
algo... menos agradable.
-¡Oye!
-miraba a Dani- ¡Entonces me mentiste! Siempre me has hablado de
“Agustín” y “la pareja de Justin” como dos personas
distintas.
-¿Qué?
Yo nunca te he mentido... Además, es verdad que Justin siempre dice
que Agus es su mejor amigo; así que no te he mentido. Y... supongo
que podría decirse que Agus es el mejor amigo de Justin y su novio,
por tanto es dos cosas a la vez (barra) dos personas distintas. -las
escusas no eran su fuerte- Además, ¡como iba yo a decírtelo sin el
permiso de Justin! Que a él no le gusta que todo el mundo lo sepa,
jo... tendría que decírtelo él... -intentaba hacerse la víctima
inocente mientras ponía carita de pena.
Violeta
sonrió. Agustín se regocijaba por aquella “pelea”, a juzgar por
su sonrisa. Entonces Violeta se acordó de una petición que le había
hecho hacía ya bastante tiempo Jorge, pidiéndole ayuda para
encontrar a homosexuales que fueran mayores para que pudieran
enseñarle como sobrevivir a los homofóbicos y demás problemas...
tenía que pedírselo a ellos, no creía que les importara ayudarle.
Pensó
en las mejores palabras para pedírselo mientras Jus disfrutaba de
las caricias de su novio y los demás se sumergían en una alegre
charla. Entonces decidió que seria mejor pedirles el favor cuando ya
hubieran hablado un poco, y recordó otra cosa que quería
preguntarles desde que Dani le pidiera salir.
-Oye,
chicos... una pregunta; ¿cómo empezasteis vosotros dos a salir?
Según Dani la vuestra era una historia bastante interesante.
-intentó ganarse la anécdota.
Agustín
sonrió, dejando ver sus blancos dientes.
-Bueno,
pues... -contestó Justin, que siempre se volvía vergonzoso y
nervioso al hablar sobre ese tema.
-Si
quieres se lo cuento yo. -se apresuró a decir Agus.
-Oh,
noooo. -se quejó Eliot haciendo una mueca.
-Que
sí, ¿por qué no? -espetó Agustín.
-¡Ya
nos hemos tragado esa historia millones de veces!
-Uf,
de verdad. -le apoyó Dani.
Ainoa
y Estrella se rieron.
-Creo
que vas a conseguir que te odien los chicos. -bromeó Ainoa con
Violeta.
-Uy,
de verdad, tú sigue pidiéndole a Agus que te cuente las historias
que ya ha conseguido grabarnos en la mente y veras. -contribuyó
Estrella.
-Bueno,
pues os aguantáis. -los acalló él- Todo empezó un día en que...
***
(mucho tiempo atrás...)
Justin
y Agustín estaban sentados en la mesa de un restaurante. El muchacho
había invitado a Justin a comer allí porque los padres de éste
estaban fuera; y no quería invitarlo a su casa para que sus padres
no pensaran que era él su novio, aquello le agobiaba un poco. Ya
habían acabado de comer, pero seguían en la mesa, hablando
tranquilos.
-¿Sabes?
En dos semanas haré tres meses con Marcos.
-¿Ah,
sí? Qué bien. -su amigo fingió una sonrisa, que ya tenía bastante
ensayada- Con Antonio fue menos ¿verdad?
-Sí,
por estas fechas ya habría cortado con él.
Al
quedarse sin tema de conversación, les cogió un silencio incómodo,
algo que no ocurría entre ellos nunca hasta hacía algún tiempo.
Agustín se había preguntado alguna vez si sería por su
homosexualidad; pero sabía que no, Justin siempre le había apoyado
con eso, con sus novios... con todo.
-Ey,
Jus.
-¿Sí?
-Puede
que esto te parezca algo tonto pero... quiero darte las gracias.
-¿Las
gracias por qué? Yo no he hecho nada...
Agustín
sonrió.
-¿Que
no? Tú siempre has estado ahí apoyándome, con todo. Me ayudaste
cuando me enteré de mi sexualidad, estás ahí siempre que necesito
ayuda... Hasta de pequeños eras siempre mi mayor apoyo. Quiero que
sepas que eres mi mejor amigo, Jus, y espero que siempre lo seas.
Para
su sorpresa, Agus creyó percibir una muestra de dolor y disgusto en
los ojos de su amigo.
-Pues
vaya pena...
-¿Qué?
-contestó él desconcertado.
-Digo
que pues vaya pena; porque yo preferiría que me vieras como algo más
que tu amigo. No quiero ser “tu mejor amigo”, preferiría que me
llamaras como “tu novio”.
En
seguida Justin se dio cuenta de la cagada monumental que acababa de
hacer. Además, seguía enfadado, y mucho. Se levantó de la mesa con
brusquedad, se dio la vuelta y se alejó de allí con zancadas
largas. Sintió como la mejilla le ardía por culpa de una lágrima
que bajaba por ella.
Agus
se había quedado estupefacto y pasó unos minutos sin poder moverse.
En cuanto salió de su asombro, se levantó y dejó el dinero sobre
la mesa. Salió corriendo en pos de su amigo, que le llevaba mucha
ventaja.
-¡Espera,
Jus!
-¡No!
-contestó él, empezando a correr.
-¡Tengo
que hablar contigo!
-¡Pues
yo no quiero!
Justin
consiguió despistarle, llevaba demasiada ventaja y corría rápido.
Agustín paró en seco y se apoyó en sus rodillas, respirando
agitado. Necesitaba ayuda; pero ¿a quién preguntar cuando el chico
que siempre le ayudaba era el origen del problema?
***
Estaban
en la casa de Ainoa. Dani, Eliot y Estrella estaban sentados en un
sofá y, en frente de ellos, estaban Ainoa y Robin. El muchacho
estaba sentado en el respaldo, con los pies en el sofá. Estrella
dejó la mirada perdida en él con disimulo, como tantas veces antes
había hecho y tantas veces más haría, veces que también
ocurrirían después de que conocieran a Violeta. Escucharon como
alguien llamaba a la puerta y, para desencanto de la chica, Robin se
levantó y se fue a abrirla. Un chico, que en ese momento armó un
estruendo cual un tornado, entró corriendo en la estancia. Robin lo
siguió en grandes zancadas, con los ojos muy abiertos por su
reacción. Había entrado corriendo antes de que si quiera le
saludara. Los muchachos fijaron en él su atención. Era Agustín, lo
conocían desde pequeños, siempre había sido el mejor amigo de
Justin y se había juntado innumerables veces con ellos. Agus jadeaba
y tenía el rostro cubierto de lágrimas de pura angustia. Levantó
la mirada hacia ellos, y todos notaron sus ojos rojos.
-Agus...
¿qué... qué te ha pasado? -le preguntó Ainoa, que ahora estaba en
el mismo sofá que los otros chicos, sentada en el reposabrazos.
-¿Que
qué me ha pasado? -repitió él, con pena y cansancio. Las lágrimas
recorrían su rostro sin descanso.
-Venga,
tranquilo, chico... -intentó tranquilizarle Robin, pasándole la
mano por la espalda- Cuéntanos lo que te ha pasado, quizás nosotros
podamos ayudarte.
Agus
asintió e intentó tranquilizarse. Robin se acercó al sofá vacío
y volvió a su posición inicial. Estrella deseó escoger la escusa
de que estaban demasiado apretados para ir a sentarse a su lado; pero
decidió fijar su atención en el pobre muchacho, que intentaba
encontrar las palabras para empezar.
-Si
buscas a Justin... -comentó Eliot- No está aquí.
-No,
no lo busco a él. De hecho, acabo de estar con él.
Aquella
información les puso a todos en tensión ¿Habría pasado algo con
Justin?
-¿Qué...
qué ha pasado? -se atrevió a preguntar Dani.
Agustín
se sorbió los mocos y parpadeó varias veces, intentando retener las
lágrimas. Recobró su compostura.
-¿Sabíais
que Justin es homo?
Se
miraron entre ellos ¿cómo mentirle? Asintieron con la cabeza,
preocupados.
-¡¿Y
por qué coño no me lo dijisteis?!
-¿Qué...
qué pasa, Agus? -le preguntó Ainoa.
-¡¿Que
qué pasa?! Pues pasa que Justin acaba de confesarme que le gusto y
se ha ido corriendo. Y yo estoy con Marcos, o sea que le he estado
haciendo daño, joder. -todos se quedaron petrificados- ¡¿Por qué
demonios no me lo habíais dicho?!
-Si
hubiéramos sabido que le gustabas a Justin... te... te lo hubiéramos
dicho. -le contestó Ainoa- Para que no le hicieras daño.
-¡¿Y
ahora yo qué pollas hago?!
-Supongo
que Justin podrá superar que el sentimiento no sea mutuo, siempre
que tú sigas tratándolo igual a pesar de saberlo...
Los
demás asintieron.
-¡Pero
es que no lo entendéis, joder! ¡A mí me gusta Justin! Sólo que
creía que él era hetero... si no nunca hubiera salido con Marcos ni
con Antonio...
-Pues
supongo que tendrás que dejarlo con tu novio... -intentó ayudar
Robin.
-Ya,
pero ¿cómo lo hago? -él se encogió de hombros- ¿Cómo lo hiciste
tú para cortar con la tuya?
Robin
había estado saliendo hasta no hacía mucho con una compañera de su
clase. No volvió a salir con nadie, para alivio de Estrella, ni
tampoco lo hizo en los tiempo en los que el grupo ya cursaba cuarto
de ESO y Agus vivía en una ciudad distinta.
Robin
se encogió de hombros.
-Mira,
no lo sé. Supongo que también de pende del caso...
-Uff...
-bufó el muchacho.
-Sea
como sea, nosotros te apoyaremos. -le dijo Ainoa.
Él
asintió gradecido.
-Creo
que mejor me voy a buscarle... Si es que él me abre la puerta,
claro.
-Suerte.
Escucharon
la puerta de la entrada cerrarse. Robin tragó saliva y los miró.
-¿Justin
y Agus son homosexuales?
-¡Premio
al listo! -exclamó su hermana con sarcasmo.
-Anda
que contáis algo... -se quejó él.
Agustín
llamó a la puerta de Justin; pero nadie le abrió. Volvió a su casa
y se pasó la tarde llamándole y mandándole mensajes. No respondió;
así que intentó concentrarse en estudiar.
Al
día siguiente, se lo encontró en el instituto. Cruzaron una mirada
y se acercó a él.
-Agus...
-empezó Justin. Él le dejó continuar- Sobre lo que pasó ayer...
Olvídalo todo ¿vale? Ah, y... felicidades adelantadas por tu
aniversario con Marcos.
-Justin,
no pasa nada ¿vale?
-Ya...
Eh... Tengo que irme, quiero ir preparándome para el examen de
mates. -se excusó antes de que Agus continuara. Sentía un terrible
nudo en el estómago.
El
chico sabía que no tenía ningún examen, ya que si no el
responsable muchacho nunca hubiera aceptado quedar en el restaurante
con él; pero le dejó marchar.
En el
recreo, al salir de la clase, se encontró con Marcos, como siempre.
No tenía ninguna gana de verle. El chico fue a besarle; pero él
apartó la cara. Su novio pasó de él. Marcos siguió hablando y
chuleando con sus compañeros, Agus ni lo escuchaba. Marcos solía
utilizarlo para chulear de novio y porque se sentía seguro, sabía
que nadie se metería con él con Agus a su lado; pero en realidad no
le quería. Y el sentimiento era mutuo. Por desgracia, eso era algo
que Jus no sabía. En un momento en que Marcos pareció pedir su
opinión, con los humos tan subidos como siempre, él se los bajó
con un solo gesto. Lo miró tan seriamente que él sintió miedo de
lo que iba a decirle.
-Oye,
mira, Marcos. Sé perfectamente que tú en realidad no me quieres y
sólo me utilizas para chulearte, y ya estoy cansado de esto ¿sabes?
Adiós, para siempre, te dejo.
Podría
haber sido demasiado brusco; pero le daba igual. Sólo deseaba buscar
a Justin y poder tenerlo por fin entre sus brazos sin que nadie fuese
a chivarse.
-No...
no... ¡No puedes dejarme así! Y menos delante de toda esta gente...
-¿Que
no? Pues acabo de hacerlo. Y, además, no siento ningún
remordimiento por ello. Adiós, Marcos. -se dio la vuelta.
-Pero...
¡cari!
-No
me llames así. -le amenazó mandandole una mirada asesina por encima
del hombro. Era la primera vez que lo hacía, y tan sólo como
chantaje emocional.
Agustín
echó a andar en dirección contraria de donde se encontraba el
chico. Alguien se acercó a él, la miró por el rabillo del ojo.
-No
tengo ganas de hablar, Marga.
-Lo
has hecho por él ¿verdad?
El
muchacho se paró en seco, obligándola a ella también a detenerse.
-¿Por
quién?
-Por
Justin. -respondió ella bajando el volumen de su voz- Antes he
estado hablando con él, y me lo ha contado... me lo ha contado todo.
La verdad es que no me lo esperaba pero... Se le notaba muy apenado.
-cambió de tema. Agus puso una mano sobre su frente- Ya, yo pensé
lo mismo. Pobre Justin ¿verdad?
Él
asintió.
-No
sabes cuanto... Adiós, Marga, y... gracias. Me voy a buscarle.
Agustín
se fue directamente a la puerta del gimnasio. Antes de éste había
una pequeña antesala que solía estar vacía en los recreos, y sabía
que su amigo estaría allí. Tanto mejor, porque quería tener
privacidad para ese momento. Justin estaba allí solo, ninguno de sus
amigos había ido esta vez a acompañarlo. Mejor. Se acercó a él.
Justin se separó de la pared en la que había estado apoyado y lo
miró, cogido por sorpresa.
-Sabía
que estarías aquí. -comentó Agus con una sonrisa.
-A...
Agus, ¿qué...? -tragó saliva intentando relajarse- ¿Qué tal el
día?
Agustín,
con las manos en los bolsillos, se encogió de hombros.
-Bien,
guay. Lo he dejado con Marcos.
-Oh...
Lo siento mucho, Gus.
-Na,
está bien. Yo quería hacerlo.
-¿Por...
¿Por qué? Creía que estabas muy contento de que fueras a cumplir
ya los tres meses con él...
-Bah,
en realidad no. Además, me utilizaba mucho.
-Pues
como tú.
Agus
dejó escapar una sonrisa para tranquilizar la conversación.
-Es
posible... ¿Que por qué, decías, que lo he hecho? Pues bien, te lo
diré: por ti.
Justin
se quedó un poco parado y tragó saliva.
-Oh...
Agus... No, no tenías que hacerlo...
-No,
no tenía; pero sí quería. ¿Y sabes por qué? -se acercó a él y
le cogió las manos- Porque, si hubiera sabido eso sobre ti, nunca
jamás hubiera salido con Antonio ni con Marcos; pero de verdad que
creía que eras heterosexual. Finges bien. -comentó con una pequeña
sonrisa. Él se la devolvió por toda respuesta. El corazón de
Justin amenazaba con salirse del pecho, y el de Agus no se quedaba
demasiado atrás- Y puedo asegurarte que es la vez que más
sinceramente digo esto, de hecho creo que a ellos ni siquiera se lo
dije nunca: creo que te quiero.
Jus
no contestó nada y a Agus empezaba a incomodarle su silencio ¿habría
dicho o hecho algo mal? ¿Lo habría mal interpretado? No creía, era
imposible... Agus le sonrió con timidez. Justin le sonrió al tiempo
que se ponía colorado. Agustín lo abrazó y el muchacho dejó caer
la cabeza sobre su pecho.
-Yo...
yo... yo también creo que te quiero. -le susurró.
Los
pelos de ambos estaban de punta, los nudos en el estómago se
apretaban amenazando con romperse de la fuerza y los corazones
parecían entrenarse para un maratón. Al poco tiempo se separaron,
Agus dejó las manos sobre sus brazos y ambos se fundieron en la
mirada del otro.
-Dime,
¿alguna vez has besado a alguien?
-No,
y si así fuera tú lo sabrías.
Agustín
sonrió.
-Pues,
si me dejas, yo te enseñaré.
Jus
sonrió. Miles de escalofríos recorrían su cuerpo. Deseaba que sus
labios por fin se encontraran, pero a la vez tenía miedo de echarlo
todo a perder. Volvió a perderse en los preciosos ojos de él, sin
atreverse a dar el primer paso pero disfrutando de su simple
presencia. Agus se acercó un poco a él, Justin le siguió, sin ser
capaz de acercarse más de unos milímetros. Agus terminó de
recorrer el recorrido.
Miles
de sensaciones inundaron a los chicos con aquel tacto. Cuando se
separaron, ambos sonreían de oreja a oreja. Justin le devolvió un
nuevo beso en seguida, provocando que la sonrisa del muchacho se
ensanchara en mitad del contacto. Y él que pensaba que ése debía
de ser un mal día por el hecho de ser martes trece y justo el día
siguiente de una cagada monumental, cuán equivocado estaba.
Salió
del instituto. La sonrisa no se había borrado de sus labios ni de su
mirada en todo el día. Su corazón volvía a latir con fuerza cada
vez que recordaba aquel beso, el primer beso de su vida, ese beso que
nunca olvidaría. Su beso con Agustín, el mejor chico que había
conocido en su vida. Agus era tan perfecto que sólo con pensar en él
se ponían todos sus pelos de punta.
Un
silbido llamó su atención. Miró al lugar del que procedía, en una
pequeña callejuela. Agustín le sonrió desde ella y le saludó con
la mano. Justin le devolvió la sonrisa y buscó a sus amigos con la
mirada. Cuando los encontró, les dijo que ese día volvería a casa
con Agus. Todas sus cabezas se llenaron de pensamientos ante su
noticia, habían escuchado rumores sobre que el muchacho lo había
dejado con Marcos; pero no dijeron nada y se despidieron sin más.
Justin se acercó a la callejuela intentando no llamar la atención.
Agustín se había internado un poco en ella para que no lo vieran.
Cuando Justin estuvo delante del muchacho, él le dirigió una de sus
más sinceras y brillantes sonrisas. Lo cogió de los brazos y lo
besó. Jus respondió de muy buena gana.
-Un
bonito sitio para una quedada. -comentó con ironía. Agustín le
sonrió.
-Pensé
que no te gustaría que todos se enteraran.
-Y
estabas en lo cierto. -les sobrecogió un pequeño silencio que
Justin se apresuró a romper- Aunque no creo que hubieran pensado
nada si en vez de esperarme aquí y rezar porque escuchara tu silbido
entre tanto barullo te hubieras acercado a recogerme. Total, saben
que somos amigos desde siempre...
-Ya,
pero creo que no hubiera aguantado ni un solo segundo teniéndote
delante sin besarte.
Justin
sonrió enrojeciéndose. Agus era muy lanzado, y era extraño para
él, que era la primera vez que salía con alguien. Jus se acercó a
él, pero no fue capaz de terminar por besarle. Agus sonrió y se
acercó más a él. Se besaron. Después Agus volvió a dejarse caer
en la pared y lo cogió por la cintura, mirándolo con cariño.
Justin
bajó la mirada y se alejó de él. Agustín frunció el ceño.
-¿Qué...
¿Qué te pasa?
-Agus...
Es que yo... Eres mi mejor amigo ¿sabes? Y me da miedo perderte...
En fin, ya sabes, has durado a penas unos meses con cada uno de tus
novios y nunca acabas bien...
-Te
prometo que contigo será diferente, Justin. Porque a ti te quiero.
-Pero...
¿y si no? ¿Y si al final pasa cualquier cosa y lo dejamos? ¿Y si
nuestra relación se rompe por culpa de haber salido contigo y no
volvemos a ser nunca más amigos? No quiero que pase eso, Gus... Me
da miedo perderte, y mucho.
-A mí
también. -le contestó él- Y te prometo que prefiero tenerte mil
veces como amigo antes que como novio, Jus. No podría sobrevivir sin
tenerte a mi lado como mi amigo, porque te necesito. Y te prometo que
si en algún momento veo que esto pudiera perturbar nuestra relación
haciendo que dejáramos de ser mejores amigos lo dejaremos y punto.
Pero... tenemos que intentarlo, Jus, yo te prometo que haré
cualquier cosa que esté en mi mano para que esta relación dure para
siempre. -Jus no supo que contestar, seguía preocupado. Agus se
incorporó y se acercó un poco a él. Cogió una de sus manos entre
las suyas- Seamos mejores amigos y novios.
Justin
sonrió.
-La
relación perfecta.
Él
asintió.
-La
relación perfecta.
Jus
se lanzó a sus brazos y escondió el rostro entre su pecho.
-¿Crees
que lo conseguiremos? -le preguntó.
-Lo
conseguiremos. -contestó Agustín- Ya lo verás. -Se separaron y se
miraron con cariño a los ojos. Agus se acercó a él y le pasó un
brazo por detrás de los hombros y otro por la cintura- Venga, te
acompaño a casa.
Justin
asintió y dejó caer la cabeza sobre su pecho. Empezaron a andar
así, agarrados, escondidos en la intransitada callejuela. Jus
sujetada la mano que Agus le pasaba por la cintura. El chico sonrió
de improviso.
-¿Por
qué sonríes? -le preguntó Justin.
-¿Que
por qué sonrío? Te tengo a ti, el mejor cuerpo del instituto, entre
mis brazos ¿qué más quieres?
-Yo
no tengo el mejor cuerpo de todo el instituto...
-¿Ah,
no? -contestó él con sarcasmo- ¿Y entonces quién?
-Bueno...
Tú. -se escaqueó Justin. Agus sonrió.
-No,
ahora en serio. Eres una magnífica persona, Justin. Tienes una mente
privilegiada y eres la mejor persona del mundo, y encima de todo
estás bueno. ¿Qué más podría pedir?
Justin
sonrió sonrojándose. Agustín tenía ese instinto especial para
hacer que se sonrojara. Aún así, pensaba que mentía al decirle
eso. Tenía más defectos que cualidades según su opinión. Agustín
se paró en seco algunos pasos antes de llegar al final de la
callejuela. Lo cogió de los antebrazos y lo miró a los ojos.
-Oye,
Justin. Esta vez... quiero hacerlo bien. Quiero hacerlo realmente
bien, no como un liguecillo de mierda -igual que hacía con Antonio y
Marcos- Sólo si tú quieres, claro...
Justin
sonrió, eso era lo que él había querido desde el principio. Pero
no quería forzarlo, sabía que las cosas serias no eran el fuerte
del muchacho, y también que una relación seria no era lo más
normal a sus edades (él estaba en el primer trimestre de segundo de
ESO y Agus en tercero). La verdad era que nunca había pensado que
saldría con alguien siendo tan joven; pero no le importaba si el
premio era estar con Agus.
Para
su sorpresa, el joven hizo ademán de arrodillarse, sin llegar a
apoyar la rodilla en el suelo para no mancharse. Le sonrió y le
cogió la mano.
-Justin
Hurtado Campos, ¿quieres ser mi novio, convirtiéndote así aún más
en el centro de mi vida y darme el gran honor de poder cuidarte,
apreciarte y amarte como a nadie más en este mundo?
El
corazón de Justin pareció querer detenerse para siempre y su
sonrisa se hizo tan grande que parecía que no iba a entrar en su
rostro. Agustín siempre había sido un exagerado en cada cosa que
hacía; pero eso era algo que le gustaba de él.
-Sí,
quiero. -se echó sobre él para abrazarle y Agus lo abrazó
levantándole del suelo- Pero sólo si tú me das ese mismo honor.
Agustín
sonrió.
-Trato
hecho.
***
Justin
llamó corriendo a Ainoa nada más estar en su cuarto. Sabía que
ella y Estrella estaban juntas. La chica, cuando vio que era él,
puso el móvil en altavoz y le contestó.
-Hola,
Justin, ¿qué quieres? -le preguntó.
-¡Hola,
chicas! Tengo que hablar corriendo con vosotras, tías. ¿Dónde
estáis?
-En
casa de Estre, si quieres pasamos a buscarte.
-¡Vale!
¡Os espero!
Las
dos muchachas sonrieron al notar la gran alegría de su amigo. Cuando
llegaron él las invitó a subir a su habitación con una gran
sonrisa y sin decirle nada a sus padres. Ellos se alegraron de ver
tan contento a su hijo. Justin cerró la puerta teniendo cuidado de
que no se quedara nadie al otro lado escuchándoles. Se volvió a
ellas con una gran sonrisa.
-¿Qué
es eso tan importante que tenías que contarnos?
-No
os lo vais a creer; pero... ¡Agus me ha pedido salir!
Las
chicas sonrieron.
-¿En
serio? -preguntó Ainoa.
-¡Sí!
-exclamó él abrazándola.
-¡Enhorabuena!
Estrella
abrazó a su amigo.
-Qué
guay, Justin. -le dijo- Pero anda que nos dices que te gusta...
-Oye,
que tú sí lo sabías.
-¿Qué?
-se contrarió Ainoa- ¿Lo sabías y no me dices nada?
Su
amiga se encogió de hombros.
-No
iba a decírtelo sin el permiso de Justin.
-Bueno,
por hay te libras... -se volvió a su amigo- Oye, Justin; ¿pero Agus
no estaba saliendo con un tal Marcos?
-Sí;
pero lo ha dejado con él esta misma mañana.
-Ah.
Guay, supongo.
-¿Lo
saben los chicos? -le preguntó Estrella.
-No;
pero iba a ir a contárselo ahora mismo. ¿Me acompañáis?
-¡Claro!
Pero
no siempre todo es de color de rosa, como tampoco lo fue con Justin.
Y es que, el principio de algo hermoso, puede llegar a acarrear
grandes problemas.
El capítulo más bonito que ha escrito Maria del Mar, sin duda. Ha sido precioso :3 Quiero ya la segunda parte!!
ResponderEliminar¡¡Gracias Elena!! 😘
EliminarTendrás que esperar hasta la semana que viene como los demás jajaja