Haz caso sólo a las personas que te quieren; las cosas que te digan los demás, no valen la pena.
***(al
día siguiente...)
Justin
estaba en el instituto con Agustín. Él en seguida se quejó de que
los padres de Justin todavía no supieran nada sobre su sexualidad;
porque él mismo había sido el que lo obligara a decírselo a los
suyos. Justin vio a una profesora a la que tenía que preguntarle
algo sobre las clases y se acercó a ella mientras Agustín lo
esperaba apoyado en la pared al lado del radiador. Era muy común
encontrárselo en cualquier pared apoyado con un pie sobre ella.
Cuando
terminó de hablar con la profesora, ésta se fue y Jus se giró para
volver con su novio. Le encantaba esta palabra. “Su novio” y que
pudiera nombrar a Agus así sin estar mintiendo. Alguien lo detuvo
cogiéndolo por el brazo.
-Oye,
tú.
-¿Sí?
-preguntó Justin volviéndose. Era Marcos; pero tampoco le preocupó.
Aún así, la presencia del chico le traía a la mente muchos amargos
recuerdos- Eres Marcos, ¿verdad? ¿Qué quieres?
-¿Eres
tú la razón por la que mi Agustín me ha dejado? Sí ¿verdad? Te
he visto mucho más cerca de él que de costumbre.
Justin
se quedó de piedra. Varios cotillas los habían escuchado. Alguien
tiró de su brazo apartándolo de Marcos antes de que el chico lo
notara. Era Agustín, que no había visto con buenos ojos que se
acercara a él. El muchacho se interpuso entre los dos.
-Oye,
Marcos, te dije que no quería volver a verte. -le dijo brusco.
-Pues
no te acerques tú a mí.
-No
te acerques tú a mis amigos.
-Vaya,
no sabían que fuesen de tu propiedad...
-Déjanos.
-respondió él secamente.
Marcos
no se atrevía a enfrentarse a él. De hecho, las pocas veces que se
había atrevido a envalentonarse con alguien había sido porque sabía
que Agus lo protegería; pero ya no era así, y eso le jodía. Gruñó,
se dio la vuelta y se fue.
-¿Estás
bien? -le preguntó a Justin en cuando Marcos se hubo ido.
-Claro,
¿por qué no iba a estarlo?
Al
poco rato la sirena sonó y Agustín se propuso a acompañarlo hasta
su clase. Nada más llegar notaron que la profesora no había
llegado; pero sus compañeros ya estaban apelotonados delante de la
clase. Justin notó que Peter lo miraba. Era un muchacho que estaba
en su clase desde primero de ESO. Venía de otro pueblo en el que no
tenían instituto ni bachiller, sólo escuela primaria. Jus no solía
hablar con él, Peter era de los más populares de sus cursos; pero
tampoco le caía mal. No era del agrado de Agus ni de los del grupo.
En ese momento Jus se juntaba con más gente que en la época de la
novela y, aunque tampoco era con muchos, no le importaba porque todos
sus amigos (menos Agus) estaban en su clase.
-Anda,
mirad, -comentó Peter en voz alta- si va a ser que es verdad eso que
se dice por ahí... Justin, ¿eres maricón y el nuevo ligue de Agus?
Vaya... No lo sabía...
Le
corearon unas cuantas risas. Jus sintió como el alma se le caía al
suelo. “Maricón” ¿habría palabra más detestable cuando se
usaba como un insulto?
-¿Eres
gilipollas? -se interpuso Agustín apretando con fuerza su puño.
-Oye,
tú, ¿de qué vas?
-¿Que
de qué voy? -se enfadó él aún más.
Agus
se lanzó sobre Peter, que intentó sujetarle los puños. Eliot
corrió hacia ellos en un rápido movimiento e intentó interponerse
entre los dos. Al principio sólo consiguió llevarse más golpes de
los que evitaba; pero después otros chicos se pusieron a ayudarle y
los separaron. Sujetaron a cada chico entre varios. Peter tenía un
pequeño hilo de sangre debajo de la nariz y los pelos hechos un
revoltijo, Agus un arañazo en la mejilla y la ropa revuelta.
Agustín
se deshació de los muchachos que lo apresaban y se fue con paso
brusco antes de que llegara la profesora. Justin observó cómo se
recolocaba la ropa al tiempo que se apresuraba por no llegar tarde a
clase. Peter sacó un pañuelo de su bolsillo, se limpió la nariz e
intentó frenar la pequeña hemorragia, lo cuál consiguió justo
antes de que escucharan a la profesora acercarse. Tiró el papel a la
basura. La profesora se fijó en él mientras abría el cerrojo de la
puerta.
-Vaya,
Peter, ¿nuevo look?
-Sí,
vaya. Look de no dar tiempo a peinarse por culpa del despertador.
-mintió él.
La
profesora sonrió y entró a la clase seguida de sus alumnos. Justin
se sentó en su pupitre, al lado de Ainoa. Ya entonces, Peter se
sentaba separado del resto de la clase para que no hablara ni
distrajera a los demás, como medida drástica de los profesores.
Estaba bastante cerca de ellos. Justin lo miró, dolido. Él le
devolvió la mirada y Jus paró de observarle.
-Ey,
tranquilo... -le susurró Ainoa pasándole la mano por detrás de la
espalda- No pasa nada ¿eh? No hagas caso a ese menudo gilipollas.
-Justin bajó la mirada. La chica echó un vistazo para asegurarse de
que la profesora no les miraba y le dio un beso en la mejilla- Te
prometo que todo saldrá bien.
Peter
lo había visto. Cuán equivocado había estado al parecer... Aunque,
la verdad, era que desde el principio había pensado que estaba
diciendo una mentira gigantesca: sólo lo había dicho por meterse
con él (cosa que le venía muy bien para su popularidad); pero no
pensaba en absoluto que aquello fuera cierto. Oh, sí, Justin fingía
muy bien. Tanto que, dos cursos después, Peter seguía creyendo que
era heterosexual. El muchacho recapacitó sobre la reacción de Agus.
Peter pensó que le había dolido más por él mismo que por el
propio Justin.
El
grupo se dirigió hacia el patio junto al resto de su clase para dar
gimnasia.
-¡Ey,
mira! -comentó un chico que estaba haciendo pellas con sus colegas-
¡Si es el cuarto marica que se lía con el Agus!
-Yo
no soy marica -negó él con firmeza- Y Agus es mi amigo.
-Además,
ni siquiera sabes contar, imbécil. -le picó Ainoa- ¿Cuarto? Agus
sólo ha salido con Antonio y Marcos, idiota.
-Y
con Justin.
-Aunque
fuera así, siguen siendo sólo tres. En serio, ¿cómo te dejaron
salir de primaria?
-Con
lo creído que es Agus seguro que se ha liado hasta consigo mismo.
-Chst.
-lo calló él mismo, que se había detenido cerca para escucharles
sin que lo vieran- Chitón. A callar si no quieres meterte en líos
tú también. Largo.
El
muchacho miró a sus amigos asustado y se fueron de allí. Agus miró
a Justin, sentía angustia porque sabía que si se metían con él en
realidad era por su culpa (y por la de Marcos). Si no, ¿quién iba a
percatarse de la diferencia de Justin si ni él mismo lo había
notado hasta que no se lo dijo? Le daba miedo que por culpa de esos
niñatos Justin se quedara con el sufrimiento de ser diferente, que
no consiguiera asumirlo, que no fuera capaz de decirlo. Justin le
devolvió la mirada, intentando no mostrar ningún sentimiento,
intentando aguantarse las ganas de llorar.
-¿Qué
haces aquí? -le preguntó.
-Voy
al laboratorio. -le dijo señalando el pasillo que hacía esquina a
su derecha. Miró a lo demás- Hasta luego, chicos.
Agustín
se fue, la mayoría de los de su clase iban ya por delante de él.
Uno de sus amigos se acercó a él y le pasó un brazo por encima de
los hombros. A Justin le recorrió una sensación extraña. ¿Tenía
celos de ese chico? No creía, y si era así era totalmente
irracional. Al fin y al cabo, sabía que Agus y él no podían tener
nada: el muchacho salía en esos momentos con la hermana de Estrella.
-Justin...
¿vamos? -llamó su atención Ainoa.
Él
asintió y los siguió. Estrella se acercó a él, le pasó un brazo
por la cintura y apoyó su cabeza en él después de que Justin
posara su brazo detrás de su espalda. Intentaba reconfortar a su
amigo.
***
Se
encontró con Agus una tarde-noche en un rincón apartado, para que
nadie los viera, varios días después. No habían podido verse
apenas, y se habían seguido metiendo con él, haciendo que Eliot y
Dani perdieran la paciencia y estuvieran a punto de meterse en
problemas si no fuera porque las chicas y Justin los sujetaban.
Agus
lo miró, su mirada era lastimera. La de Justin en cambio intentaba
mostrarse fuerte, sin sentimientos.
-Ey,
Justin. -dijo él a modo de saludo. Él levantó hacia él la mirada
por toda respuesta- ¿Qué tal, cómo estás?
-Bien.
-¿Estás
seguro? Sabes que puedes contarme cualquier cosa... ¿Qué te pasa?
-Nada.
Agustín
se acercó a él en un paso y lo abrazó antes de que el chico
tuviera tiempo a reaccionar.
-Sabes
que sé perfectamente que algo te pasa... Siempre noto cuando estás
mal.
Lo
abrazó con fuerza. Justin pasó los brazos por detrás de su
cintura, devolviéndole el abrazo, escondió el rostro en su pecho y
comenzó a llorar. Agus, con el corazón en un puño, acarició su
espalda y lo besó en la cabeza. Justin lloraba sin descanso.
-Ey...
¿Estás mejor? -le preguntó con delicadeza.
-No.
Estoy fatal.
-¿Por
qué?
-No
quería que me vieras llorar...
Agustín
dejó escapar una pequeña sonrisa y volvió a acariciarlo con
cariño, mientras lo abrazaba con fuerza con su otro brazo.
-Tranquilo,
no me gusta verte llorar; pero supongo que te lo debía. Con la
cantidad de veces que me has tenido que consolar tú y que verme
llorar cuando seguramente deseabas poder echarte a llorar tú también
porque te hablaba, muchas veces, de mis novios... Y aún así me
consolabas y me apoyabas a seguir adelante... Te aseguro que puedo
prometerte que no voy a pensar peor de ti por verte llorar así,
Justin. … De hecho, es más bien casi que todo lo contrario: ya
empezaba a pensar que no eras persona y que no podías llorar,
después de todo lo que has tenido que soportar sin soltar una sola
lágrima. -bromeó.
Justin
dejó escapar una pequeña media sonrisa. Agus lo abrazó con más
fuerza y dejó caer su cabeza junto a la de él, de forma que sus
mejillas se rozaron. Volvió la cabeza y lo besó en el carrillo.
-Tranquilo...
Todo se pondrá bien, pequeño.
-No,
no todo estará bien... Porque si no es una cosa es otra.
-Sí,
sí que es verdad que has tenido que pasar por muchas cosas estos
últimos meses... Primero descubriste tu homosexualidad, con todos
los miedos e inquietudes que eso provoca... y descubriste que me
querías... Y luego volví yo... volví yo con un novio nuevo, y te
obligué a tener que escucharme con todas mis cosas sobre él. Luego
pasaste por lo que, seguramente, para ti sería una cagada mortal en
aquel momento. Y ahora esto... todos metiéndose contigo. -“y todo
por mi culpa”. Pensó; aunque no lo dijo en voz alta.
-No,
no es sólo eso. -sollozó él.
-¿Entonces...?
¿Qué más te ha pasado, cariño?
Justin
se estremeció y Agus notó que intentaba mirar a su alrededor por si
había alguien sin que él lo notara.
-Tranquilo,
no hay nadie. Estamos solos. ¿Qué más te ha pasado?
-Yo.
-¿Tú?
-Yo
soy lo que me ha pasado.
Agustín
tragó saliva. Cada vez se le hacía más difícil no ponerse a
llorar él también.
-¿A
qué te refieres, cariño?
-¿Por
qué me llamas así?
-Pues
porque te quiero.
-No
creo que eso dure mucho tiempo...
-¿Qué...?
¿Por qué lo dices, peque?
-¿Es
que todavía no te has dado cuenta? No puedes negármelo, Gus...
-No
me llames así... -le pidió lastimero. No le gustaba porque Justin
sólo le llamaba así cuando se sentía mal, y eso le hacía
sesntirse aún peor.
-Perdón,
Agus. Digo que no puedes negármelo: en cualquier momento encontrarás
a alguien mejor. … yo no soy nada, ¡no soy nadie! Y mucho menos
nadie comparado contigo... Dices que soy perfecto, y que me quieres,
pero yo no puedo creérmelo y sólo pienso en que me mientes...
Tienes que aceptar que hay mucha gente mejor que yo... -sollozó- Y
tú te mereces a alguien mejor.
-Pero...
Justin, es que yo no quiero a nadie mejor que tú ni a nada. Yo sólo
te quiero a ti... -Agustín hizo un esfuerzo sobrehumano para no
romperse y llorar, quizás hasta más de lo que lloraba Justin- No
tienes ni idea de lo que dices... Me da igual que me pusieran al
propio Taylor Lautner delante diciéndome que quiere salir conmigo...
Porque yo siempre te elegiría a ti. Lo dejaría todo atrás por ti,
Justin.
-Hombre,
me estás comparando con un licántropo al que a lo mejor le da un
volunto y te atraviesa de parte a parte... -intentó bromear él,
intentando parar de llorar.
Agustín
dejó escapar una pequeña carcajada, sobretodo para deshacerse un
poco de la angustia.
-Bueno,
pues a Zayn Malik, tu tocayo Justin Bieber, Adam Lambert, Logan
Lerman... A quién tú quieras, me es igual, porque siempre siempre
siempre te elegiría a ti, te compares con quién te compares.
-¿Y
Melendi?
-Uy,
ahí ya me lo pones difícil porque canta muy bien. -bromeó él-
Pero sabes que sí. -Jus sonrió. Él se acercó a su oído para
susurrarle las palabras más sinceras y más fuertes que había dicho
en su vida- Te amo.
Justin
sonrió para si. Intentaba con todas sus fuerzas parar de llorar, y
casi lo consigue.
-Ey,
no, no, no. -le dijo Agus- No pares de llorar, por favor. No te
esfuerces. Tienes que soltarlo, soltarlo todo y dejarlo ir. Tienes
que desahogarte de una vez por todas, Justin, déjalo ir. Llora todo
lo que quieras, tranquilo, yo seguiré aquí para consolarte y
apoyarte en todo.
Justin
volvió a dejar caer la cabeza en el pecho del chico. La camisa
blanca a cuadros de él estaba cada vez más empapada. Agustín
sintió un escalofrío. El nudo en su garganta era cada vez más
grande. Creía que no aguantaría mucho más tiempo sin ponerse a
llorar; pero tenía que soportarlo por Justin. Cogió fuerzas de no
sabía donde.
Justin
siguió llorando. Los minutos se hacían eternos para Agustín, que
deseaba llegar a su casa para encerrarse en su cuarto y poder llorar
el también a sus anchas. Era demasiado pesado para él tener que ver
a Justin así, escuchar por todo lo que había pasado, saber que él
tenía bastante parte de la culpa de que llorara.
-Agus...
-lo llamó él entre sollozos- Tengo miedo de volver el lunes al
insti...
-¿Por
qué? -preguntó él, aunque supiera de sobra la respuesta.
-¿Y
si se meten conmigo? ¿Y si me marginan? ¿Y si me ignoran...?
-Tranquilo,
te prometo que yo siempre estaré ahí a tu lado para protegerte y
ayudarte. Y si no, si alguna vez te falto porque me ponga malo o por
lo que sea, tienes ahí a unos amigos asombrosos que te aprecian
muchísimo y que nunca te abandonaran. Puede decirse que has tenido
suerte de conocerlos.
-De
conoceros. -le corrigió él. Agus sonrió.
-Como
quieras.
Al
rato, Justin terminó de llorar, se separó de él y se secó las
lágrimas de los ojos. Agus le secó las lágrimas de las mejillas
con cuidado y le recompuso el pelo como pudo. Le mandó una pequeña
sonrisa, intentando animarle. Jus se la devolvió.
-Venga,
te acompañaré a casa. -le dijo pasándole un brazo por encima del
hombro con cariño.
-Eh...
Agus, ya se que a ti no te pasa pero... No quiero que nos vean
todavía tan juntos. No estoy preparado para eso.
Él
le respondió con una sonrisa.
-Tranquilo,
lo entiendo. -se quedó un momento pensativo- Y... ¿qué te parece
si nos ven juntos pero no saben que eres tú? A mí no me importa que
me vean con nadie.
-Hombre,
pues vale. Si puedes hacerlo...
Agus
sonrió. Cogió su mochila, que había traído porque había ido
hasta allí desde el entrenamiento de fútbol (se había cambiado en
los vestuarios). Sacó de la mochila una sudadera naranja como la de
los skaters, que se había olvidado el día anterior en el patio y le
habían guardado. Se la puso a Justin con una sonrisa. Le puso bien
calada la capucha y le removió los pelos para que le taparan un
poco. Nadie podría reconocerlo si no se acercaban lo suficiente.
Justin le sonrió. Agustín metió la cara en la capucha para besarle
y luego se acercó a su oído.
-Te
amo. -le susurró.
-No
tanto como yo a ti. -le respondió él al oído.
-Te
aseguro que sí.
-No
lo creo. -respondió él con una sonrisa, lo miraba con ternura-
Gracias por todo, Agus.
A él
pareció hacerle gracia.
-¿Gracias?
Gracias a ti por aparecer en mi vida, Justin. Gracias por todo lo que
has tenido que soportar por mí y por todo lo que me has ayudado.
Podría pasarme la eternidad dándote las gracias y aún no hubiera
terminado.
Jus
sonrió.
-No
lo creo.
-Pues
creetelo. -le dio un beso en la frente y se separó de él con una
sonrisa- Y ahora vámonos, si aguantas con esa capucha bien puesta
nadie se dará cuenta de que eres tú. No hables muy alto no vaya a
ser que vayan a reconocerte y, si se acerca alguien a quien
conozcamos (que no sean tus amigos, claro), te llamaré Diego. Así
ya verás como dentro de nada desapareceran los rumores sobre ti.
-Me
parece una buena idea. -sonrió él.
Agustín
le pasó el brazo por detrás de la espalda con una sonrisa. Jus
apoyó la cabeza sobre su hombro y él dejó caer la suya sobre la de
Justin, mientras lo cogía de la mano.
***
Agustín
llegó a su casa. Le había dejado la sudadera a Justin y su camisa
estaba empapada. Abrió la puerta con las llaves que le habían
dejado sus padres. Sentado en las escaleras, que estaban delante de
la entrada, estaba Jayuheibo, mirando su móvil. Su padre estaba
bastante cerca de la puerta, al parecer había estado hablando con su
madre. Según el ruido de platos, su madre debía estar en la cocina.
-Hola,
Ags. -le saludó su hermano sin mirarle.
-Hola,
Yabo, ¿qué tal el día?
Él
se encogió de hombros.
-Bien,
¿y tú?
-Igual.
Su
padre lo observaba. Agustín adivinó su siguiente pregunta segundos
antes de que la pronunciara.
-¿Qué
te ha pasado para tener tan mojada la camisa?
-Mi
novio.
Yabo
levantó la mirada de su móvil y lo miró a los ojos, intentando
saber qué había pasado. Se lo preguntó.
-No
se sentía bien y... ha estado llorando. Yo intenté consolarle.
Su
madre salió de la cocina para escucharlo mejor y su padre lo
observaba con detenimiento.
-Creía
que lo habías dejado con Marcos... O sea, según los rumores del
instituto...
-Y
así es.
-¿Entonces...?
¿Con quién estás saliendo ahora?
-Con
alguien. -la mirada de su madre requería una respuesta- Lo siento
pero... Es que no puedo decíroslo. Si no os lo diría, de verdad;
pero él todavía no quiere que la gente sepa que es homosexual y lo
está pasando muy mal...
Su
madre asintió y les dijo que en veinte minutos estaría la cena.
Agus le pidió a su hermano que subiera a su cuarto para ayudarle con
unos deberes que no entendía antes de que se le olvidara. Cuando ya
estaban arriba de las escaleras, le cogió de la mano y le dijo que
en realidad tenía que contarle algo. Entraron en su cuarto y Agus
cerró la puerta.
-¿Qué
es eso tan importante para que no puedas decirlo abajo, Agus? ¿Qué
te pasa?
Agustín
se volvió a él con los ojos rojos, mordiéndose el labio inferior,
llorando. Se lanzó a sus brazos. Yabo lo abrazó e intentó
consolarle, sin comprender nada.
-Ey...
No hace falta que me digas quién es ese nuevo novio si no quieres;
pero si quieres... ya sabes que puedes contarme cualquier cosa, Gus,
intentaré ayudarte.
Cuando
se tranquilizó un poco, Agustín se lo contó todo. A Jayuheibo le
sorprendió bastante que fuera Justin, lo conocía desde pequeño.
Pero también se alegró mucho y le dijo que esperaba que esta vez
durara mucho, porque Justin le caía bien y era un buen chico. Sabía
que le ayudaría y apoyaría siempre, confiaba mucho en él. No en
vano lo conocía desde que apenas sacaba dos dedos del suelo. Agus y
él eran amigos íntimos desde la guardería... quién se imaginaría
entonces que iban a terminar saliendo como algo más que amigos
tantos años después.
***
El
sábado se lo pasaron jugando a video-juegos juntos en su casa,
guardando las distancias. Por la tarde salieron con los chicos a
jugar al baloncesto, los amigos de Agustín contra los de Justin.
Claro que a estos últimos no les pareció justo al principio, porque
ellos eran mayores y por tanto tendrían más oportunidades. Pero se
les pasó el disgusto en cuando Agustín le pasó dos tiros
directamente a Justin “por equivocación”. Cuando sus amigos le
acusaron él dijo que había que “equilibrar” el partido, porque
tenían razón en cuanto a que ellos lo tenían más complicado. Ya
la razón de que ambos pases fueran para Justin se la guardaba para
sí.
***
El
lunes acabaron Justin, Agus, Peter, Marcos, Eliot y Yabo en el
despacho del director. Pero no porque hubieran hecho nada malo; si no
porque Agus decidió cortar el problema de raíz yendo con la
cantinela al director, a pesar de saber que eso podría dañar su
reputación y convertirlo a ojos de todos en un chivato. Justin se
sentía muy incómodo y Agus se enfadaba demasiado y le daba igual
amenazar aunque estuvieran delante del profesor y una profesora. Al
principio sólo estaban Agus y Peter; pero después mandaron llamar a
Marcos al enterarse de que el problema había surgido en él y a
Justin, ya que el problema era suyo. En un momento, Peter le dijo a
Agus que había exagerado, que tampoco había sido para tanto.
-¿Que
no? -contestó él- Oh, claro que no es para tanto. ¿Tú has tenido
que soportar alguna vez ver llorar desconsolado a tu mejor amigo
durante lo que parecen horas por las gilipolleces de un imbécil de
mierda? No ¿verdad? Pues entonces no me digas que no es para tanto.
Peter
miró a Justin, que bajó la mirada. Él fue a decirle algo; pero
Agus lo amenazó diciéndole que no le dirigiera la palabra. Agustín
se ganó una regañina del profesor; pero Peter no dijo nada. Más
tarde también llamaron a Eliot, ya que había llegado a oídos del
director que había estado metido en la pelea originada por todo
aquello. Ellos lo defendieron diciendo que sólo había intentado
detener la pelea. Peter no dijo nada. Más tarde había llegado Yabo
al enterarse de que su hermano estaba en el despacho. Llamó a la
puerta y pidió permiso para entrar y enterarse de qué pasaba con su
hermano. Por aquél entonces Yabo ya cursaba segundo de bachiller, en
ese mismo instituto, al igual que Robin. Mónica, en cambio, estaba
en primero. También escucharon una pequeña conversación del
director con la madre de Peter, que parecía contrariada de tener
nuevas del chico al escuchar que lo llamaban por él, y luego pareció
pasar un poco. Pudo haber sido sólo conjeturas de los muchachos (o
más bien de Justin y Eliot), no lo sabían.
En
cuanto los dejaron salir, Peter y Marcos salieron corriendo. Yabo
salió con su hermano y sus amigos y fuera se encontraron a Ainoa,
Estrella y Dani, con cara de preocupación. Eliot y Justin les
sonrieron para que no se preocuparan.
-A
ver si no os metéis en más líos ¿eh? -les dijo Yabo con suavidad-
Y vosotros, a ver si me vigiláis un poco al niño, que en una de
estas se mete en un lío gordo.
Ellos
sonrieron por toda respuesta. Entonces llegó una muchacha que dejaba
mostrar un poco más de piel de lo que cabía desear.
-¿Qué
ha pasado, cari? -preguntó a Yabo. Era la novia que había tenido
antes de Miranda -Te he estado buscando, me dijeron que estabas aquí.
Él
se despidió de ellos y se fue con la muchacha. Agus puso cara de
asco.
-Agh,
que asco me da. Ojalá que corten ya.
-Qué
malo... -le acusó Justin.
-No,
es simplemente que no me gustaría tenerla como cuñada. Además,
utiliza a mi hermano.
-Venga
ya.
-¡Que
sí! Es verdad... ¿No habéis visto la panzá de detallitos que le
da? Es por eso por lo que está con él, seguro...
-A lo
mejor lo quiere y está enamorada de verdad, Agus. -le contrarió
Estrella.
-Hombre,
pues claro. Si cada vez que vas al cine te lo pagan, si vas a un bar
o un restaurante te invitan... ¡Hasta yo me enamoro de mi hermano!
-intentaron ocultar una risa- ¡Si es que se gasta toda su paga en
ella!
-No
exageres. -le dijo Dani.
-Que
es verdad... Bueno, es igual, dejémoslo. -el chico miró a ambos
lados. El pasillo del director era corto y no solía pasar casi
nadie. Dio un paso hacia Justin, guardando las manos en los
bolsillos- Bueno, y qué ¿qué piensas sobre lo que he hecho hoy por
ti?
Justin
sabía que él hubiera sido incapaz de hacerlo y, si no fuera por la
intervención de Agus, las cosas hubieran seguido así o incluso
habrían ido a peor. Además, Agus tendría que haberlas pasado
canutas para ir a chivarse al director y era probable que ahora se
metieran con él por ello. Pero no le importaba, por Justin.
Jus
se acercó más a él para poder susurrar a su oído:
-Pienso
que te amo.
Los
chicos fingieron que no lo habían escuchado. La sonrisa de Agus
pareció ser la más grande y alegre de su vida. En ese momento tocó
la sirena. Agustín le cogió la mano y le dio un apretón de manos.
-Tengo
que irme a clase, cariño. Nos vemos luego ¿vale?
Él
asintió. Mientras volvían a clase, Ainoa chinchó al chico haciendo
notar que lo habían oído, y él le comentó que creía que Agus le
había dicho más veces en esos días cosas como “cariño” que a
sus dos novios juntos en todos los meses que estuvieron saliendo.
***
De
vuelta al presente, Violeta pensaba en las mejores palabras para
pedirles su ayuda después de haber oído acabar lo que Agus le contó
del relato. Al mirar la hora se dio cuenta que no le quedaba
demasiado tiempo para estar con ellos. Tragó saliva.
-Oye,
Agus... Jus... -cortó la conversación del grupo. Todos la miraron y
Agus le dio la palabra con un movimiento de cabeza- Es que... quería
pediros un favor...
-¿Qué
te pasa, preciosa? -contestó él notando que la chica se encontraba
molesta.
Violeta
volvió a tragar saliva y se aclaró la garganta.
-Pues
verás... Como ya os dije antes, mi mejor amigo, Jorge, es
homosexual. En su instituto hay unos idiotas que no paran de meterse
con él por eso; y él lo está pasando muy mal. Hace un tiempo que
me pidió que si conocía a unos homosexuales que hubieran pasado por
esto y que pudieran ayudarle. Ahora mismo a estos chicos los han
denunciado por pegarles; pero no se sabe cuándo volverá a pasarle
algo así, y me gustaría que lo ayudarais para que estuviera
preparado...
Los
músculos de la cara de Agustín no podían estar más apretados ni
él más tenso, mientras se controlaba para no soltar una burrada y
apretaba los puños. Siempre se ponía muy mal cuando pasaba algo
así.
-Claro,
llevanos con él cuando quieras; lo ayudaremos sin problema.
Justin
asintió a lo que decía su novio. Se le notaba claramente muy
preocupado por Jorge; aunque ni siquiera lo conociera.
-Sí,
por supuesto. No tienes ni que pedirlo.
Violeta
no pudo evitar emocionarse.
-Mu...
muchas gracias, chicos.
Los capítulos de Maria del Mar son siempre los mejores, no hay duda *-*
ResponderEliminarNo mientas que los tuyos también están muy bien ;)
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